martes, diciembre 08, 2009

Para la libertad

Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.

Hoy he vuelto a casa, después de una jornada de calma y sonrisa, con cierta fatiga, pero con la convicción de que la próspera libertad radica en el respeto de uno mismo.
En la actualidad, en nuestra actualidad, en la de mi país, somos fagocitados e imbuidos en discursos capciosos, en mediatizaciones poco creíbles o, al menos que siembran dudas hasta de nuestros amigos más cercanos.
Sin embargo, hoy opto por descubrir, sin pecar de soberbia, que uno debe creer en su propia intuición, en la creencia firme de que las cosas son en tanto no coarten la propia libertad –ni la ajena– en lo que atañe al 'no daño', y no en términos de patología –aunque este no se aleje demasiado–, sino en términos reales, porque el daño existe.
Por eso, hay que desterrar la culpa, propiciar la autoestima, la no violencia, la inteligencia para saber leer discursos e información, mensajes, señales, humores y otros etcéteras que constituirán la semiología que deberemos decodificar a lo largo de nuestra vida.
Y así, descubriremos que más allá de ciertas moralinas, la clave solo está en que mi libertad termina donde empieza la del otro...


Para la libertad. Joan Manuel Serrat