martes, marzo 29, 2011

Sui Generis

La canción es un vaivén que me causa carcajadas que me remontan a momentos en los cuales tenía unos cuantos kilos de menos (por lo menos quince o veinte), fumaba y me vinculaba patológicamente.
Pienso en perros que no sean perros, en personajes nefastos en musculosas amarillas y pelo revuelto y de dudoso color.

Por otra parte, ayer comencé a intentar adelgazar los kilos de más que sobrevinieron (por no decir que me llevaron puesta –pensé en decir "me pasaron como una aplanadora", pero lo pensé mejor, porque de plana, nada de nada–) luego de que me ennovié y dejé de fumar.

Me percibo, por otro lado, con cierto frenesí, cierta aceleración que perturba mi calma y me lleva a un nerviosismo pasajero, como si intuyera que algo bueno está por venir.

Mientras tanto colecciono llaveros, cuadernos y agendas.

¿Estoy para terapia, no?


En el hospicio. Pastoral



martes, marzo 22, 2011

D'éte

Lo que se siente al nadar en una pileta grande, donde tus pies no hacen pie, donde todo es turquesa o celeste, la presión y el cloro del agua aprietan tus globos oculares, el pataleo cual delfín (en tu imaginario sos leve, difusa, diáfana, etérea, palabras poéticas y luminosas) te llena de energía.
El pelo (sí, pelo, no cabello en mi país) húmedo, goteante, chorreando las baldosas, el pasto, el parquet y la cama.
No es lo mismo el acuífero sentir de la pileta que el de la ducha (aunque sean igual de reparadores).
Creo que todo se trata de nadar. Solo. O no. Sola. O no. Pero nadar.




Les jours tristes. Yann Tiersen