¡¡¡Ser madre, pfff, que sumatoria de sentimientos (el 98%, positivos, eso, seguro)!!!
A once meses (bah, casi un año) de que mi hermoso vástago haya arribado a este mundo, lejos de haber encontrado respuestas, he sumado más planteos...
Ojo, no me malinterpreten, he aprendido (¿se termina alguna vez de sumar conocimientos en esta vida?) bastantes cosas en este recorrido; me he despojado (¡¡¡aunque usted no lo crea!!!) de ciertas mañas y hasta casi casi de algunos miedos, sin embargo, la pregunta acerca de cuán buena madre una es está siempre latente (y la que lo niegue, miente...).
Podría llegar a mirar con cierta admiración desconfiada (¿o envidia?) a la mamá apegada (¿al extremo?), pero reconozco que no soy de las que practica el colecho (tengo mi postura al respecto y mis propios argumentos), ni la que va a dar la teta hasta que Puchi comience el jardín (él mismo quiso dejar de hacerlo y, algunas me tildarán de "desapegada", de "vaga" o de lo que sea, yo me siento tranquila –raro en mí–, pero me pareció que si bien me hubiera gustado darle hasta el año, tampoco quería que ambos viviéramos una situación de stress por ello. Ojo, no creo que a otras mamás les pase, hablo de mi experiencia.)
Otro tema, íntimamente relacionado con el punto anterior es el tema de las salidas. Debo reconocer que mi primera salida sola, es decir, sin Lucas, fue cuando ya había cumplido once meses y fue de casualidad, pero estuvo bien, volví a la hora que quise y, lo que es mejor, no sentí culpa alguna. Sé que para muchas mujeres, no madres aún, sobre todo, esto debe ser tremendo (ya lo hablamos igual, jajajja), pero, por otro lado, en mi caso particular (o mejor dicho, en nuestro caso particular como pareja), somos los "colgados", los que pasamos bastante tiempo en casa; es verdad que a veces uno extraña ir de acá para allá, solo avisando si venís a comer o no, o, incluso juntos, salir temprano y volver a las mil y que no pase nada, ahora no da, pero no es grave ni me ha sido desesperante aún, jajaja. Sí es muy recomendable tener espacios propios, pero creo que cada una (o uno, los papás también pueden vivenciar estas cosas) encuentra en qué momento se da.
Finalmente, creo que lo menos soportable de la maternidad son las opiniones ajenas que, a veces (solo a veces, por suerte) pueden hacerte tambalear... Pero la gente siempreeeeeeeeeeee opina, quieras escucharlas/os o no; a eso, oídos sordos (aunque una bien quisiera mandarlos/as a los boliverales estempanosos, pero mejor conservar las formas... ;)).
Como decía alguien por allí: "En el camión, los melones se acomodan solos...". O en una versión más actual, cada una vive su maternidad como quiere, como le sale y le gusta. Además, siempre, pero siempre (aunque tengas más de un hijo) vamos a ser mamás versión beta (porque cada hijo es único, y cada experiencia lo es) ...