sábado, diciembre 29, 2007

2007

Se escurren los últimos vestigios del año del chancho, y estamos a la espera de la rata que parece que, lejos de lo que imaginamos, es muy amigable.
Se va el año de las películas argentinas (que seguro irán a Volver...): Madres, XXY, Una novia errante, la señal, ¿De quién es el portaligas?, El pasado y Estrellas; películas que, más allá de gustarme, al finalizar el año, dejaron en evidencia mi amor por el cine nacional y por ciertas salas nada shoppynescas...
Se va el año que dejó atrás el rubio y un eterno trabajo de casi catorce años...
Se escurre el año en el que intento dejar la adolescencia tardía, para darle paso a la madurez afectiva, responsable, y no por eso, de una menor libertad, todo lo contrario: el poder tomar con seguridad lo que es mejor para mí, enfrentando cualquier desafío...
Se va el año en el que descubrí cuánto valoro la vida, y que con más ahínco, y a perpetuidad, quiero intentar honrar cada día...
Se va el año de las sorpresas, de la gente que apareció sin rumbo fijo, pero para recordarme que cada gesto vale, aunque sea por un segundo, por un ínfimo detalle, por diez minutos de charla telefónica, un par de abrazos o un cedé que cruza un río ancho como mar...
Se va el año que me enseñó que no hay que aferrarse, que una puede amar con locura y, sin embargo, peregrinar ligera de equipaje...
Se va el año en el que las fotos se hicieron evidentes, y necesarias, en mi vida...
Se va el año en el que afronté que no hay que tener miedo, porque nada frena lo inevitable...
Se va un año salado de lágrimas...
Se va el primer año de mi trabajo-vocación, que tuvo como paga un agradecimiento inolvidable... Se escurre con rapidez un año de gente que me sorprendió, de gente que pasó, de gente que se fue –y si es lo mejor, ojalá vuelva...–, de gente que me dejó tintineando palabras y miradas y abrazos a fuego...
Se termina el año del reencuentro con mis compañeras de colegio y, sorprendentemente, fue un encuentro maravilloso.



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Eternidad.Cuentos borgeanos




Datos curiosos en letra chica:

fue el año que menos cambios de plantilla tuvo el blog;

casi todos los post tuvieron una canción (y de hecho mucha gente que me visitó disfrutó de esto);

me visitaron primos y sobrinos segundos de una misma rama familiar;

organicé correctamente mis materiales: acá fui solo escritora-editora y allá, fotógrafa.

jueves, diciembre 27, 2007

Había una vez un blog...

Es época de balance, y como tal, es un momento en el cual uno recuerda tantas y tantas cosas, y descubre gestos como sonrisas..., o lágrimas, o ausencias...
En este año y medio –este blog nació en junio de 2006– que el blog lleva de vida, ocurrieron muchas cosas en torno a él, se tejieron vínculos, volqué gritos, golpeé monitores imaginarios, transitó gente que vino y se quedó, otra pasó de largo y sé por fuentes verdaderas que hubo gente que lloró y otra que río a carcajadas. Alguna fue conducida por mails,o por el amigo google y no faltaron quienes peregrinaron casualidades...
No soy la misma que tímidamente empezó a escribir hace poco menos de dos años, soy una mujer que se busca, que no sabe si su tesis va a ser sobre los blogs, que busca algo que no sabe si es interno o externo, pero sigo acá; no sé si dando lo mejor de mí, pero presente, de una manera u otra..., como pasa con la vida...
Este espacio, esta casita virtual, este café entre amigos de carne y hueso aunque no conozca sus ojos, ni sus manos, ni sus sonrisas y miradas en movimiento, me trajo un compact desde Uruguay, un mensajito de texto apenas esta última Navidad, me dio dolores de cabeza, y gente que me piensa –a su manera–.
Y a la vez, sigo siendo yo, con mis ojos verdes-turquesas, con mis ojeras de trasnoche, con mis fotos imaginarias y reales, con mis personas añoradas en distintos puntos equidistantes...

Quería saludarlos y desearles un año pleno –que se hace cada día al andar– y agradecerles por leerme, por esperar un post nuevo, aunque haya demasiado aire intimista y poca literatura o algo que decir...



Romeo & Juliet.Dire Straits

martes, diciembre 18, 2007

Lana*

Ojalá el verano no fuera inminente, así podría tejer cual Penélope y desovillaría mis nervios...


*la bufanda abrazaría unas cuantas cuadras a la redonda...




Me olvidé de lo demás. Calamaro + Gieco

lunes, diciembre 10, 2007

Gatito

No hay nada más placentero que adormilarse al sol, mientras el colectivo avanza a paso de hombre.





Mais um adeus.Toquinho.



martes, diciembre 04, 2007

Slam (la puerta se cerró)*


Estaba acuclillada en el suelo, tenía el pelo revuelto, y los ojos hinchados, la boca reseca, y las manos sin nada. Solo con las uñas pintadas furiosamente de borravino. «Una dark» oyó al recordar.
Silenció su sola presencia y comenzó el exorcismo.
Mientras sus piernas casi transparentes patinaban sobre el piso lustroso, vacío y frío, intentó, entre tambaleo y tambaleo, ponerse de pie.
Fue a la cocina. Y nada.
Fue al baño. Y nada.
Había comenzado ese ritual, casi necesario, de la inestabilidad emocional, de la vacua herida que parece que jamás va a cerrarse, o a secarse. Y de eso tenía miedo, de secarse. Miedo al absurdo sentimiento de dejar de ser ella, para ser más ella que nunca. Pero todavía no lo sabía.
Se miró las uñas de los pies, y le surgió una mueca mezcla de risa, extrañeza y paradoja. Sus uñas borravino se habían saltado un poco. «Ese es el problema de usar sandalias».
Y agarró la caja naranja: y fue metiendo ahí, uno a uno, los recuerdos, las lágrimas, las frustraciones, los reclamos innecesarios, la infinidad de veces que desoyó los «basta», los gritos silenciados –y los malditamente expresados–. Dejó todo ahí, no solo para que el dolor se borrara, sino para que fueran desterrados de su vida, para que estuvieran al alcance de sus manos borravino (que irremediablemente no combinaban en absoluto con el naranja de la caja) cuando fuera a flaquear por los mismos motivos, y recordara qué errores no debía cometer nuevamente.
Le puso la tapa a la caja. Se levantó de golpe. Y se puso en movimiento.


* concierto para cuerdas y clavicordio.





Rather dance with you. King of convenience