domingo, mayo 28, 2006

Criaturas de la arena (historias de primas y alas de tul)

Luciana -Luli- y Soledad -Sole- son mis primas. Pero mas alla de esto, son amigas, son seres entrañables. Una frase celebre dice que los parientes no se eligen y que a los amigos si. Muchas veces estuve de acuerdo con esto, pero creo que en torno a ellas, este axioma no se aplica.
La diferencia de edad con ambas es notable, le llevo cuatro años a Luli, y casi ocho a Sole. No se como se genero la interconexion con ellas, teniendo en cuenta este dato no menor, pero tampoco me importa, porque lo que vale es la sutileza y la suavidad de la manera en que se dio.
Durante años y años compartimos con Luli las fantasias romanticas y extremadamente soñadoras de las historias de amor -con principes azules y all includided-, noches de cuasi pijamas party, de charlas eternas, de complicidades para las vacaciones durante nuestra infancia en Miramar y Mar del Sur, alternativamente; vivi absolutamente fascinada su historia de amor -y tengo la dicha de seguir disfrutandola de bastante cerca- con Francisco, al punto tal que "burlamos" instituciones -que tampoco fue tan asi, porque mas alla de ser primas somos eternamente amigas...- para que yo pudiera ser testigo de Iglesia para su casamiento. Y a pesar de que a veces existan diferencias -nada es tan perfecto en esta vida, las relaciones mas lindas, tampoco escapan a esto- y otras tantas nos reconciliemos con las ideas locas de la otra, descubrimos, hoy, mas adultas, y sin dejar de ser esas nenas rubias y angelicales de otrora, enfundadas en tules y organza almidonada, que la diversidad es muy favorable, y que seguimos eligiendonos incondicionalmente, aunque Cronos nos juegue malas pasadas -zancadilla, pito catalan y a otra cosa-.
Con Sole, que vale asimismo aclarar que es la hermana de Luli, la distancia etaria podria haber sido abismal, pero puedo decir, que a partir de este verano, tengo una nueva prima, una nueva amiga. Por esas cosas de la vida, o de la magica casualidad, el destino quiso que compartieramos un verano inolvidable, no por la extrañeza de los aconteceres, sino por lo mas puro: la cotideaneidad y las similitudes. Mas alla de que el año pasado a ambas, Regi nos regalo un sobrino -a mi- y a ella un ahijado que favorecio a la cercania aun mayor del vinculo. Todo se gesto imperceptible, como juega el azar en la mar de las veces, y una tarde de enero o febrero -aca la memoria me juega una mala pasada, pero es un detalle menor- charla telefonica mediante con Luli, y comentandole sin importancia, hice mencion al hecho de no saber que iba a hacer para mis vacaciones, y ella deslizo, con igual intensidad y relevancia, que Sole estaba en "la misma". Y asi, sin creer que el viento iba a ser tan favorable, la llame a Sole y comenzamos a organizar que, como y adonde partiriamos en el verano. Los destinos que se fueron barajando fueron los mas diversos, Brasil, "Uruguay que nos puede llevar una amiga con el novio y ahorramos en pasaje", Macchu Picchu, España (?), y asi seguimos delirando hasta llegar a decidirnos -de manera casi apretadamente economica- por "la Feliz", pero creo que Mar del Plata fue "la Feliz", por lo que significo para nosotras, por lo bien que la pasamos, por la onda que tuvimos, por la paciencia, el compañerismo, y porque no eran necesarias, por momentos, las palabras porque nos entendiamso tacitamente, como esas amistades de años. Las risas compartidas, las lagrimas por las carcajadas, las coincidencias hasta para elegir lo que ibamos a comer, o la opcion -a veces complicada- de quedarnos en el departamento en vez de salir, para charlar hasta entrada la madrugada, o de "hacer playa" hasta que teniamos los labios violeta eran casi simbioticas. Me traquilizo mucho el alma, porque la convivencia siempre tiene aristas que limar, y en este caso creo que "las puntas eran mas bien redondeadas", como los medanos de arena (¿seremos tambien nosotras criaturas de la arena?). Se que este año se esta preparando, no sin miedos -va a ser una gran esposa para Nico, eso lo tengo por seguro, y ojala no compare su relacion con nada ni con la de nadie..., yo se porque lo digo...- para su casamiento, pero si se decide a ir de vacaciones "gasoleras" ojala que me tenga en cuenta.
Ellas son mis primas, mis amigas de alas azules, mis "hadas de la guarda", mis extensiones de hermanas elegidas, dos mujeres de gran corazon, ejemplares profesionales, con valores y creencias en un mundo que parece haberlos olvidado en vaya una a saber que rincon, pero que son igualmente realistas e ingenuas a la vez -un mix delicioso y casi un tesoro inhallable-. Es un orgullo de alas de mariposa tenerlas cerca, solo que ellas viven para siempre...

viernes, mayo 26, 2006

The beauty people song


"Algunos fuegos [...] arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende." Eduardo Galeano. El mundo. El libro de los abrazos



Existen presencias, seres, personalidades, en nuestras vidas, que aunque sean de un segundo quedan en la memoria del disco C para siempre (o como grabadas en los surcos de un cedé no rerecordable).
Son entelequias de la matrix que se cruzan con los códigos (¿celestes?) de nuestros deseos más íntimos... Son conversaciones de dos paradas de colectivo –viernes 3 p.m.– en donde la conversación transforma un gris plateado en un pálido dorado otoñal. Son siete horas de cola para sacarte la cedula –en una tarde de febrero– de experiencia y sabiduria de una italiana que ama a nuestra querida Argentina como si fuera suya. Son mensajes en el celular un viernes a la noche mientras comes sushi en Madero Este o tomas un un helado. Son las sonrisas de tu sobrino de un año llenando sus cachetes de vida, mientras corres tras el para que no tire al piso todo lo que esta a su alcance de 79 centimetros. Son esas miradas huidizas de las que seguro serias eternamente amiga. Son diatribas politicosociales a la madrugada traspasando oceanos que parecen distancias eternas...
No importa adonde lleguen o hacia adonde vayan sino la magica sensacion de que te tocan el alma y a ella misma le arranquen sonrisas, cosquillas, mimos.
Te inflan todo tu ser, tu cuerpo, te hacen sentir viva, leve, flotar, volar –la unica posibilidad que te lo permite sin la intervencion de un parapente...–, orgullosa de esas conquistas de espacios infimos en tiempo pero que colman cualquier desierto...
Tal vez son alguienes –porque definitivamente no puede decirse que son nadies– que ya no importa su rostro o su vinculo real con vos, pero que dejan esos surcos en la memoria, como en la de un cedé no rerecordable...

lunes, mayo 22, 2006

Al que madruga...

Desde chica me cuesta levantarme a la mañana, siempre fui muy remolona... Tengo un idilio con las sabanas... Durante el invierno este hecho es aún mas propicio para mi vicio.
Suelo decir que mi posición favorita es la horizontal (lo cual puede llegar a definir ciertas posturas ante la vida). He tenido problemas con algún que otro novio, porque siempre me tocaron en suerte muchachitos madrugadores.
Sin embargo, a partir de mayo de este año empecé el gimnasio. Sí, yo. La chica antideportes, la que como único deporte leía un libro, o se colgaba boludeando en la compu, o actividades semejantes. Pero los más lindo de todo esto, es que aprendí a disfrutar no sólo de los efectos benéficos de la actividad sobre mi cuerpo, sino de la mañana con esa luz neblinezca, tan distinta a las de las diez de la mañana. Sobre todo en invierno, que el sol es más flaco, mas debulicho, pero el cielo tan intensamente celeste (skyblue en inglés, nunca algo más exacto).
No importan los ojos pegados al despertar, con bostezos y añoranza de almohada, ni el chiflete en la parada de colectivo, ni el dolor de triceps, bíceps, o glúteos, la satisfacción de oxigenarme de mañana, de llenarme de su aire fresco, valida mi infidelidad al colchón...

lunes, mayo 15, 2006

Cuestiones de lenguaje (2)

Picada para dos (o digresiones gastrofilosóficas sobre la personalidad humana)



A mí me encanta comer, disfruto tremendamente de degustar diferentes sabores que me sean atractivos, novedosos. Soy excesivamente sensible, en la más animal de las expresiones, soy muy visual –a pesar de mi miopía–, soy olfativa, táctil, y asi... Es por eso que me resulta una experiencia muy placentera, dejarme invadir por sensaciones nuevas. Mis compañeros de trabajo me cargan, porque tal vez llego un día y cuento que comí conejo, un almuerzo de lunes en casa, o pato confit, en la Recova de Posadas, con mi mamá, un domingo al mediodía, por su cumpleaños...

Así y todo, y mas allá de mis excentricidades a la hora de probar otros paladares, otras culturas y otras historias, no hay quien iguale al “salame y queso”, previo al asado entre amigos, a los ravioles del domingo –que me recuerdan, fundamentalmente a la casa de mi abuela en Adrogué–, o a amigos de mi antigua casa de la calle Viamonte, o solos, ellos dos, con alguna cerveza rubia o negra –no tengo demasiados prejuicios al respecto– infaltablemente helada. Y ellos –entre otros– son los protagonistas de este capitulo aparte en mi análisis anárquico y caprichoso del lenguaje....

De dónde vienen –y hacia adonde van– los significados de determinados significantes es una tarea titánica difícil de sobrellevar porque muchas veces es inconducente e injusta, como en este caso que acá voy a plantear.

¿Por qué a delicias como el salame y el queso, se le atribuyen significantes tan espantosos como el de estupido, corto de genio, incapaz, tonto, y otras delicias similares? No comprendo por qué la fruición –aunque vulgar, reconozcámoslo de una vez– de un sabor es diametralmente opuesto al uso que se hace del mismo en el contexto del habla coloquial. Un papa frita, un salame, un queso –sabores amigables, no solo por los gustos, sino porque convocan– son despectivos que hoy día están demode e incluso hasta son inofensivos e ingenuos, pero que aún se escuchan...

Reconozco ser un poco exgerada y exegeta en torno a “llamar las cosas por su nombre”, pero prefiero utilizar apelativos con otro valor y con “personalidad propia” –lease significado– del tipo mierda, pelotudo, etcétera, que dejar como bobo a un queso mar del plata o a un salame picado grueso...

domingo, mayo 14, 2006

Cobardia (I will survive)

Te despertáste como siempre, con esa sensación de cuerpo apaleado-apolillado... Los ojos pegoteados y nublados no te dejaban ver bien... El sol entraba por la ventana y te provocaba ahogo, te asfixiaba -hombre de la noche-, no querías, ni podías levantarte... Estirabas las manos, tratabas de focalizar la mirada hacía algún punto, pero nada pasaba. El zoom, no te funcionaba.
Decidiste levantarte, prendiste la radio, y las putas noticias decían lo mismo de siempre, nada nuevo, nada viejo...

Fuíste al baño, prendiste la luz, te miraste al espejo, ¡qué cara pibe! parecía decirte alguien. afuera y adentro de ese recinto azulejado... Tenías que comprar dentifríco, papel higiénico y desodorante de ambiente. Eso que le reprochabas a tu vieja, cuando todavía vivías alli, ¿para qué carajo existe el desodorante de ambientes? Purificador de ambientes le decían algunos... Tal vez en este momento de tu vida necesitabas un cambio, o una evasión de la realidad, y lo que antes te había parecido una vejación a tu rebeldía, ahora lo necesitabas como el aire, literalamente, para escapar de la realidad, del mundo de la "mierda"... ¿Te acordás que vergüenza te daba cuando tu mamá te decía: "Martín, tirá desodorante de ambiente", adelante de tus amigos? Abriste la canilla de agua caliente de la ducha, y saliste del baño.
Prendiste el primer cigarillo, de los cuarenta aproximadamente que te fuambas por día. y aprovechaste el fosforo para encender la hornalla, y poner la pava. De a poco tus ojos comenzaban a percibir algo. Puteaste, era tarde. Te diste la ducha, y coordinaste todo tan bien que cuando saliste de ella, tan atontado como estabas, el agua de la pava silbaba como un tren: había hervido. Volviste a insultar contra quien lo mereciera, y te despediste de la idea de tomar un mate. En fín...

Saliste apurado, con el mal humor característico tuyo, y bajaste al subte, a esa masa informe, de cuerpos muchas veces malolientes, y te vino a la memoria nuevamente el "purificador de ambientes". Era tarde, te íbas a tener que bancar nuevamente la cara de culo de Rodriguez, las risitas burlonas de Rafetti, y Sola, eso buchonazos, los típicos soretes del sístema.... En lo único que pensabas en ese momento era en que querías salir de allí, y en el café que esperbas tomar en la oficina.

Pero cuando te emcontraste nuevamente con la calle, tus pies se dirigieron para el otro lado... la teoría del circulo, pensáste, te alejabas para acercarte cada vez más....... Y no podías dejar de caminar, hacía dónde, no lo sabías. Pero lejos de Sola, Rodriguez y Rafetti, del desodorante de ambientes y del papel higiénico y el dentifríco.

domingo, mayo 07, 2006

Papeles rescatados bajo el agua

(o la segunda parte de "Papeles mojados por la lluvia")

Aca van una serie de articulitos que fueron publicados anteriormente en seras lo que debas ser y en maiz dulce. (Y que a su vez, vale decir, fueron escritos por mi anteriormente para otros espacios mas intimos, tal vez)


domingo noviembre 06, 2005 23:22

Callosidades (*)

Eduardo Galeano, poeta crudo y maravilloso como pocos, de la realidad, habla de los fueguitos y de los nadies, a la hora de tipificar a los seres humanos. Cortazar menciona a los cronopios y a las famas... Y hoy yo, humildemente, y desde mi experiencia, voy a definir una nueva categoría...

Las callosidades humanas son seres insensibles, dato que se desprende claramente de su definición, que no poseen registro alguno de las sensaciones, de los sentimientos. Son durezas, que a excepción de que sean arrancadas, son imposibles de quitar, y de las que hay que tener especial cuidado, ya que si no se las controla pueden crecer y cubrir, y ahogar cualquier espacio fertil y de felicidad sobre la faz de la tierra.

Las callosidades humanas son calamitosamente engañosas, se disfrazan de cura de herida, y resecan, quiebran, no dejan pasar el aire, coartan cualquier signo de vida y de amor.

Las callosidades humanas no nacieron callos, pero no lucharon para ser tersos y suaves, y así quedaron: duros pedregullos que no van a dignificar nunca su vida, porque lamentablemente jamás van a volver a sentir nada...

Las callosidades humanas son incapaces de sentir, son inquebrantables en sus posturas, son soberbias y caminan por la vida humillando y menospreciando a los sensibles, a los suaves.

Pero pobres callosidades, me dan pena, porque nunca van a sentir intensamente, peor aún, nunca van a sentir, siquiera el frío ni el calor, van a transitar su vida de manera gris, o peor aún, negra, aunque pinten sus casas de colores, para autoengañarse, simulando emocionarse, o tal vez conmoverse, pero siquiera tibiamente se ven afectados por su contexto...

* originalmente se llamaba Callosidades humanas


viernes septiembre 16, 2005 03:05

Falta de tiempo

Falta de tiempo, interno y externo... Falta de tiempo de maduración, de espera, ansiedades -tal vez- inconducentes, porque Cronos no se comporta como nuestro reloj biológico...

Impotencia y dolor, por expresar y por no... ¿qué hacer frente a ello?

¿Es falta de tiempo o de aceptación del rítmo del fluir del río?

No quiero esperar

nada

si sucede, bien

¿y sino, también?

No sé

nada

pero esta vez quiero que sea bien

algo

o

todo

viernes agosto 12, 2005 00:50

Granadina con soda.

Escribir esto -tengo que aprovechar porque empezaron las clases, y sumada a la densa cursada, dudo que pueda dedicarle a este "diario íntimo" el tiempo que voy a ansiarle dar- va a implicar dejar al descubierto algo muy mío...

Disfruto mucho de la comida, y muchas veces, presento tal grado de glotonería que puedo dejar a un costado -¿cuál?- ciertas actitudes de delicadeza. El año pasado, a la salida del cine -que por otra parte, ahora que lo descubro tal vez era un razgo de angustia oral, por la película que habíamos ido a ver ("El gran pez", deliciosa...) con Lore y Juank- fuímos a "tomar algo" al Dorrego, y mientras los chicos se decidieron por un breve café, yo me excusé diciendo que no había cenado y me pedí un sandwich de salame y queso y una granadina con soda... (plop) ante los ojos atónitos de todos -el mozo incluido, por supuesto- (siendo además, que era entrada la medianoche).

Pero la granadina con soda tiene un significado y un significante muy profundo en mí, -no lean esto como un atisbo de locura, ni nada que se le parezca- para mí: desde chica solíamos ir con mis viejos a tomar "ice cream soda" -que en su genuina receta lleva granadina, no así otros abortos que quieren semejarse y no llegan siquiera al borde de su vaso, ni a su espuma...- por la calle Bernardo de Irigoyen cerca de Carlos Calvo, o a algún otro sitio típico, pero también está cercano a mis más tiernos recuerdos de infancia -y no tanto- durante sabrosas tardes de verano en la calle Somellera, en casa de Mami Toy. Hoy, que Mami Toy va a hacer un año que ya no está entre nosotros, es un homenaje, para mí, evocarla con tan dulce -literalmente- recuerdo.

Con respecto al salame y al queso, ya disertaré en otra oportunidad, al respecto.

sábado, mayo 06, 2006

Papeles viejos mojados por la lluvia


Aca van una serie de articulitos que fueron publicados anteriormente en seras lo que debas ser y en maiz dulce. (Y que a su vez, vale decir, fueron escritos por mi anteriormente para otros espacios mas intimos, tal vez)


jueves agosto 11, 2005 00:59

Tijeras de podar

Esto es un blog, pero no un fotoblog -digo, es algo así como un block de notas, ¿vendrá de ahí su nombre? (block, nasal = blog....)-. Aunque me pregunto cuál será la necesidad imperiosa de desnudarse o de que te espíen mientras lo hacés, lo que es cierto es que cada uno tiene su método, su forma, su parsimonia y su rito, en esto: algunos son más formales, otros más desaforados, otros más poetas, y así...
En mi caso personal, todavía no hay muchos adeptos, ni lectores -aunque por suerte, creo que tengo un ferviente seguidor (no sé aún si detractor o no)-, pero por alguna extraña razón, tiro esta botella al agua -mar, río, o lo que venga, tampoco me voy a poner en exquisita como para negar la posibilidad de que esto pueda llegar a alguna alcantarilla, ¿no?, nunca me gustó ser discriminatoria, prefiero ante todo, la pluralidad-.
Más allá de filosofar sobre la vida misma, hoy me gustaría chapotear -parece que hoy tengo algo con el agua- en el mar abismal del tema de las relaciones interpersonales, cuestión que no puedo dilucidar con claridad -todo lo contrario- y al que no le encuentro respuesta (y como si fuera poco, en cualquier momento, tampoco preguntas....)-. Por diferentes circunstancias me estoy topando (qué antiacadémica...) con gente que se me hace harto incomprensible, y extrañamente estoy tolerando a gente que antes me erizaba.
Como no quiero continuar con conflictos con todo mi contexto -ni interno, ni externo-, ni tampoco quiero "ensombrecer" mi imagen, esto tendrá la dicha de ser leído por unos pocos -lo cual es negativo y hasta a veces nocivo, teniendo en cuenta que algunos no conocen mi fisonomía, ni mi tacto, ni mi devenir, ni mi deir, ni mi sonrisa, pero bueno, será mi riesgo...- y confesado, tratado, trabajado, analizado, deglutido, deconstruido, dado vuelta, deculado, vomitado, y muchos etcéteras más -no todos tan escatológicos- en mis seiones con Rosa -no de café, sino para quienes lo saben de cuasi diván en Parque Lezama-.
Pero me he ido por las ramas sin hacer mención alguna, al tema que quería tratar en el día de la fecha, y todo me lleva, irremediablemente -abusadora de adjetivos, por cierto- a todas las carreras que estudié -por suerte una será concluida- y es el tema de la tan béndita y bien ponderada comunicación -causa de todo tipo de fallas, falencias, desastres y calamidades universales e individuales-.
Las palabras, muchas veces son malas, aunque no sean "mierda", "boludo", etc., y estas últimas, por cierto, pueden ser flores, al lado de expresiones de aún más largo alcance que pueden pronunciar nuestras lenguas. De fuego. Víperinas.
La incomprensión desata guerras, pero no sólo a nivel mundial, sino en tu cm cuadrado, por teléfono -por llamar y por no-, en tu trabajo, en todo ámbito, y se va colando por todo intersticio que se le cruce y sumado a las "malas palabras", la hecatombe, el desastre, la apatía, la herida, el dolor...
Definitivamente estoy fumando demasiado -cigarrillos- y no quiero morir joven, fruto de la incomprensión.



viernes agosto 05, 2005 23:19

Bloggeando en la red...

Recién ahora entiendo lo que es un blog, digo, es una especie, un tipo de diario íntimo -para nosotras las chicas que usabamos los de Hendy, My melody o Hello Kitty (R) o Little Twins Stars- o una bítacora, suelen llamarlo también (pero el significado que encontré de esta palabra tan solemne en el diccionario - hoy tan usada-, no concuerda con el uso que se le da por estos lares, como siempre me quedé con la pregunta sin respuesta). Es contar un poco cómo te va, qué hacés, darte un poco a conocer, traspasando la barrera del conocimiento propio y ajeno, transigir con reglas no estipuladas en la intimidad del otro y que entren como al descuido, como casi casualmente por tu espacio, es un juego de voyeurismo auténtico -y de exhibicionismo, para qué negarlo (en el original decia: "para que te cuento")-.

Por eso les cuento, que hoy vino a la escribanía Horacio Ferrer -más de uno no va a tener ni idea de quién les hablo, pero otros lo confundirán con García Ferré, o con Ferrero Rocher...- la cuestión es que fue una revolución: yo, ni bien se fue empecé a llamar a todo el mundo para contarle, ante la carcajada atónita de mis compañeros de laburo. Como consecuencia de esta visita tan inesperada -al menos para mí, porque el resto ya lo sabía con antelación- empezámos a hablar de gente famosa allegada a nosotros, y cuando yo empecé a contar emocionada que había viajado a Bariloche con Nico Pauls, tiré el café con leche que tenía sobre mi escritorio manchando toda la burocracia que había en su camino...


"Yo sé que estoy piantao, piantao, piantao,

no ves que está la luna yirando por Callao..." (sic)


viernes junio 10, 2005 02:59

Qué díficil se me hace

A veces te preguntás tantas cosas..., por pelearte, por ilusionarte
sola...
Y la canción sigue diciendo "para cargar mi equipaje"...
Y sabes que no sos el único ser que se siente así, pero en tu piel parece
sentirse así...
Y sin embargo sos casi como un mal agradecido al Cielo - o a quien sea...-
porque todo te es dado.Y el ser humano es así..., un inconformista a cuerda -o a
pedal como mi máquina de coser...-
Y es bueno jugar a la ficción-verdad, pero es evasivo... e inconducente, y
guay que leo esto y me suena a Bucay, o a autoayuda berreta de tres de la tarde,
a talk-show (decime por qué miércoles lo llaman show si es patético..), pero eso
vende.No sé... Hoy estoy gris y la húmedad está simbiótica conmigo


martes junio 07, 2005 19:50

Hoy

Calor y húmedad pegajosa, no parece que estuvieramos a momentos del invierno. Hace dos años pasó lo mismo -espero que a mí, no...-

Es raro todo... Enojarse, sonreír, apabullarse por lo que pasa alrededor aunque para otros sea invisible, incluso la pringosidad climática...

No puedo creer ver a la gente con sandalias, musculosa, como si tal cosa, como si fuera noviembre: me cuesta salirme de esa estructura de que en junio me tengo que poner saquito...
¿te acordás hermano que tiempos aquellos?


lunes septiembre 20, 2004 08:53

Desvarío

¡qué bueno que es el desvarío absoluto! por favor, querido interlocutor no me malinterprete
digo, el ponerse a cantar un jingle de una publicidad de galletitas, en el medio de una clase -inso- de page maker...
o reirse a carcajadas, con gente querida, un jueves a la noche de descontrol...
o los amigos preocupados por tu situación afectivo-psico-laboral...
o la desmedida extrema en todo
increiblemente sin miedo
pero con stress
no más frustración
la vida tomada tal cuál es
como las canciones de Sivio
purapoesía
purapasión
purosentimiento
y el ojo, te intriga,
si "te" estará observando con sagacidad
como un Gran Hermano
-1984, veinte años después...-
o los silencios sigilosos de la respiración de todos
y
nadie


miercoles septiembre 15, 2004 00:16:01

Cuestiones... (algunas hoy tienen respuesta...)

2000, año lluvioso, frágil, pero luminoso...
2004, año de preguntas,
¿mi sobrino será nene o nena? ¿alto como sus papás? ¿o de ojos claros y pequeño como su tía que escribe?
¿conseguiré el trabajo que ansío?
¿dónde y cómo estaré viviendo a partir del cambio de año?
¿podré superar la distancia?
Todo se supera -o al menos eso parece-y me quiero empoetizar de vuelta, iluminarme y no de lágrimias
y seguir sorpendida por mis amigos
y por tanta gente, que no teme a atreverse a sorprender...
Y me pregunto, también, por tus ojos claros y chinos
o por la distancia de Juan y su pequeña familia -Pupi, incluida-
o por los rizos rojos de Mercedes
o por la escritura sanguinariamente procaz de Luis
o por Marie en su Alemania, con su aire a boda, a amor -sin miedo, comos siempre-
y todo es intriga, pero de la buena
curiosidad absoluta
y las canciones se agolpan en mi cabeza
como permitiendo que no sean más recuerdo, sino presencia-como mis títeres-
y que los pesamientos me aturdan los oídos...

la verdad, es que desde este batir de alas de madre ave, quisiera saber de todos ustedes aunque sea de a gotas


martes marzo 13, 2001 10:35 am

Calor y frío

En este deja vu, en esta pieza enquistada en nuestra
no memoria, se comienza a articular algo insólito e
inesperado: un viaje sin retorno y sin memoria: pero
real, que nos cala hasta los huesos, y nos sumerge en
una masa informe y calentita...
¿Por qué frío y calor?
Por esta experiencia de ir y volver en el tiempo,
entre climas, entre pensamientos, entre nadas y todos,
entre realidades y ficciones, entre vidas y muertes,
ente estar y ser...
Y es mágico, es sueño -de dormir y mundo onírico-,
es...
No importa si es el Moulin Rouge, el Versailles,
Barcelona, Dublin, o las Malvinas, es ese espacio que
inventamos, que si nos hace inmortales, que no permite
que seamos mudos aunque nos falten palabras en la
garganta, ni ciegos: hay tantos y tantos que no ven,
no oyen, no dicen, no vuelan...
Tenemos un par de alas, y es necesario, es un deber
hacer uso de ellas...


viernes marzo 9, 2001 11:52 pm

Viernes

La música esta bajita, pero presente, todo el resto de mi casa está en silencio, como yo, que pareciera que no tengo palabras, y por primera vez en mi vida descubro lo valioso que es el silencio, y sobre todo, que las palabras son un ritual, un homenaje a la vida, y que una palabra mal usada, en el momento inadecuado, es un desprecio, un escupitajo, una patada, una mancha al lenguaje. Me desconozco diciendo esto, pero tal vez, la semilla que cayo en mi tierra, durante las vacaciones esté dando frutos buenos, y pueda empezar a valorar lo que digo, a medirme, a no usar palabras sin sentido, a ser verdaderamente libre, pero no con libertinaje, sino con honestidad.
Tengo está necesidad imperiosa de comunicar, de comunicarme, de conectarme con el otro, con el mundo, de interiorizar y de exteriorizar...
Hoy me preguntáste si me iría a vivir al interior -si estaba en mis proyectos-, no está en mis planes inmediatos, pero me gustaría probar suerte con algo de aventura, sin prejuicios, sin miedos, sin excesivas obligaciones, sin esa piedrita molesta adentro de la sandalia...
Y sos la segunda persona en exactamente un mes, que me pregunta si me iría a vivir a otro lugar, y la verdad, es que tengo pánico de estar esquivando el bulto, ¿No será una señal? Yo creo en Dios, ¿me estará queriendo decir algo?. Y tal vez, este año sea "el" decisivo, el de romper las cadenas a esas estructuras -muy probablemente- autoimpuestas, y aparto esto de mi mente, porque no quiero "agrisarme", prefiero enletrarme, que cada palabra sea el aliento que me mantenga viva, mi respiración, mi todo...
Me siento protagonista de mi vida, y pienso en "The Truman Show" -que hoy ví el final-, las historias no se vuelven a escribir, no existe el borrón y cuenta nueva en este caso, lo que ya está, está, así es que necesito definirme, resolver todo, y ya...
No me fumé nada, pero así estoy, un poco alborotada, algo quiere salir de mí, para terminar de construir el camino, encontrar la puerta "para ir a jugar", y hacer un jaque definitivo...
Sigo acá, la música alegre me hace esbozar sonrisas,
¿y ustedes?

jueves, mayo 04, 2006

Cuestiones de lenguaje (1)

Este es un texto que escribi el año pasado para una supuesta publicacion que nunca vio la luz, pero que a mi me dio muchas satisfacciones.


To be fashion or to be “out”, that’s the question?




Las palabras son símbolos que postulan una memoria compartida. Jorge Luis Borges . El Congreso. El libro de arena. (1975)


Creer que cualquier tiempo pasado fue mejor es un error o, justamente, una ironía del tiempo y del destino... El pretérito tiempo posee múltiples usos –más allá del doloroso de ser conjugado, claro está– entre los que se podría mencionar el hecho de ser retomado una y otra vez. Incluso están de moda lo viejo, lo antiguo y lo primitivo (vamos, vamos todos a imitar a Enrique el antiguo, personaje grotesco, creación de Guillermo Francella, sin palabras...).
Si nos detenemos una décima de segundo –no se apure ni se preocupe tampoco: en breve esto ya será pasado... – a observar algunas cotideaneidades, todo el tiempo estamos ejercitando el músculo del ayer, del no olvidar o del recordar –para no ser negativo siempre, ¿vio?–, y como "para muestra basta un botón” –frase antigua si las hay y de la que a la vez desconozco su origen y por qué y para qué es utilizada, pero que “cae como anillo al dedo” para el tema aquí tratado... – me interesaría mostrar un fenómeno particular y significativo que se da en el campo de la música, y es el de llamar a la falta de creatividad, “remix”, lo que genera como resultado aberraciones monstruosas que a Ed Wood y a Alfred Hitchcock les causaría urticaria de la envidia –y no de la sana justamente–; otro tanto sucede con el acto de hacer que bandas desconocidas –e incluso géneros musicales casi antagónicos– interpreten covers (canciones que alguna vez fueron éxitos o “número uno”): he llegado a escuchar versiones de baladas –y no tanto– extranjeras con ritmo a –la siempre bien ponderada y nunca ausente– “cumbia villera”... Ojo, no me gustaría ser tildada de reaccionaria, porque tampoco es que esté en desacuerdo con –y/o en contra de– éstas “manifestaciones culturales”, sino que más bien adscribo a lo que postula Walter Benjamín con relación a la “reproductibilidad técnica” –o mejor dicho, a su irreproductibilidad... – de la obra de arte, en la que la copia no es más que eso –pura copia, reproducción y no objeto de arte, sino producto– ya que pierde su aura, sólo existente en la obra original. Esta idea será retomada más acaloradamente por Adorno y Horkheimer (Escuela de Frankfurt) con el concepto de “industria cultural”, pero esa es otra historia... Me retuerzo de sólo pensar en que –continuando con esta metáfora apocalíptica– somos –y hacemos– fotocopias... Es triste –y aburrido–, por cierto, que lo novedoso, lo vanguardista, lo top, sea lo anacrónico.
Sin embargo, y aunque mal nos pese, somos historia (incluso mucho antes de llegar a este mundo): somos una sumatoria de actos pasados que nos definen y de eso, por supuesto, no nos hacemos cargo –salvo excepciones muy contadas– ni tampoco podemos huir. Yo no soy –ni tengo– una verdad absoluta, eso sí, soy el fruto del amor de mis viejos y del pasado. Mis treinta y un años –por suerte no muy notorios– son eso: recopilación retroalimentada –¿o retroalimentaria? – de momentos, de palabras, de vivencias, de negaciones, de negociaciones, de fiestas, de historias, de histerias, de llantos a los gritos, de carcajadas sin pudor, de poemas, de cigarrillos, de vino, de comidas, de libros, de pasiones sudorosas, de miopías, de películas, de teatro, de música, de fotos, y de tanto, tanto más...
Miro mi ayer y encuentro actitudes y sucesos de los que hoy me avergüenzo un tanto –bah, en realidad bastante–, no obstante, prefiero que sea así; como dice Joaquín: “No hay nostalgia peor que añorar lo que nunca jamás sucedió[...]”, y es por eso que le di crédito, y como siempre fui muy mesurada para todo, hoy no paro de arrepentirme por las cosas mal hechas y consolándome porque al menos las hice (“el camino al infierno está plagado de buenas intenciones” sería mi justificación...).
Lo bueno de vivir retrotrayéndonos es que alguna vez vamos a estar “a la moda” (aunque más no sea en algunos aspectos) porque cada tanta cantidad –no recuerdo en este momento a cuánto equivale “tanta cantidad”– de años la moda se repite, así es que si a alguno le importa algo no estar al margen de ella, es vital continuar llevando a cabo ardorosamente los patrones habituales de conducta –tal vez llegue a marcar tendencia– sin olvidar, por supuesto, destinar un placard –anque una habitación entera– con modelitos inusables siquiera para fiestas de disfraces, por las dudas, pero no sea cosa que se ponga de moda una campera escocesa azul entallada años 50, y uno la haya donado de buen grado a una escuelita en Añatuya...

Paroles, paroles, paroles.

Dentro de mi elección por analizar lo ya acontecido –reconozco que no es azarosa ni inocente– se encuentra el ámbito de las palabras. Hay expresiones, para mí, que no sé –o tal vez sí– si será por su carga afectivo-emotivo-simbólica, o por pura simpatía nomás, que son “utilizables” más allá de su antigüedad. Y un claro ejemplo de esto es el hecho de que jamás nos “besamos” (registro muy formal), ni “apretamos”, ni “tranzamos” con mi novio, sino que chapamos –y aún sucede–, y al relatarlo me enfrento con sonrisas socarronas, miradas asombradas o piadosas que traducidas desde su mismísimo interior expresarían algo así como: “Pobrecita, ¡qué anticuada!”. Y la opción elegida responde, no a una necesidad imperiosa de diferenciarme, ni siquiera a la idea de redescubrir reliquias olvidadas, sino a la convicción de disfrutar de palabras que afectivamente están muy ligadas a mí y a mi historia o a situaciones muy vividas o muy simples e incluso –aunque suene anárquico– otras veces, por puro gusto.
No está muy delimitado el origen de algunos vocablos, así como el de refranes o frases que repetimos hasta el cansancio como loros. ¿Qué o quién prescribe a los mismos? ¿y por qué más tarde y sin previo aviso son proscritos? ¿por qué nuestros padres y abuelos dicen “al tun tun” o a la “sans façon” cuando algo se ha realizado a las apuradas o desprolijamente? o ¿por qué al decir que un acto se llevará a cabo hasta sus últimas consecuencias, indicamos la sentencia “a toda costa”? El sentido común nos ayuda mucho en estos casos, y en una cena entre amigos, descubrí que a la sans façon, proviene del francés (sin hacer), lo cual conduciría irremediablemente a “mal hecho”, y al galicismo “a la sanfasón”; y también, que “a toda costa” sería similar a “contra viento y marea”.
El tiempo transforma, modifica, corroe, añeja, mejora y, por supuesto, beneficia. Y como esto sucede en todas las esferas de nuestra vida, el lenguaje no queda exento de ello. Lo más maravilloso de este predecible y curioso hecho es que, por suerte, el dios Cronos ha erosionado letras de algunas palabras –a Dios, gracias– como por ejemplo la “b”, en “obscuro” y “substancia”, para ser como tienen que ser realmente: “oscuro” y “sustancia”, pero, felizmente, éstas quedarán en el olvido como un mal sueño. Lamentablemente, no es el caso tan afortunado y acertado de otros términos que sí se han incorporado a nuestro léxico –a fuerza de las garras implacables y subyugantes del tiempo y de la moda– y que desvirtúan la lengua, y en muchos casos –no sé cuál será el motivo primigenio– provienen del ámbito gastronómico, culinario o alimenticio, como son los casos de “papa frita”, “salame”, “queso”, “jamón del medio”, o por qué no, degeneraciones del inglés, como es el caso de “master”... Realmente terrorífico.

¿El tiempo es el dueño de la moda o viceversa?

Como todo en esta dichosa vida –nos guste o no– está regido casi sine qua non por la moda, y si no marchamos firmes como soldaditos a través de sus filas, estaremos demode (hoy out por sí alguien no me entiende), y en el peor de los casos seremos denostados, o tal vez expulsados del establishment...
Sin embargo, a mí siempre me atrajo la idea de libertad de tiempos –lo cual me ha traído aparejado conflictos de pareja– y de modas –definiéndome, muchas veces y mucha gente, como con un “estilo muy personal”... – y en un afán por retroalimentarme de vocablos, más que por recuperar el pasado, juego con las palabras. Por todas estas cuestiones es que reivindico la idea casi demente de retroalimentación, de buscar en el ayer expresiones y palabras contextualizándolas, en y con mi presente, en mi discurso, y así encontrar mi forma de expresión. Afirmo, abierta, irónica y simpáticamente, que puedo ir tanto a un cocktail, como juntarme en un happy hour, indistintamente (y muchas veces circunstancialmente), pero no puedo encontrar sustitutos válidos para reemplazar el “cajetilla” o el “bacán” que emplea mi viejo –y tanto me hacía reír de chica–, ni mucho menos incorporar terminología que no me comunica nada... Es necesaria la convención en el lenguaje para nuestra supervivencia –como el aire–, concepto que terminó de cerrarme en algunas materias de mi carrera, pero esto no se contradice con que yo vaya marcando mi destino y que me encuentre hablando dentro de mi circulo con “mis” palabras viejas, recicladas...
Cuando empecé a estudiar Psicología –carrera inconclusamente asumida– aprendí que todo está íntimamente relacionado con nuestro pasado afectivo y a partir de allí nos vamos formando –o deformando, según sea el caso– cubriendo nuestras estructuras con cosas que vamos incorporando hasta llegar a ser quienes somos hoy en realidad. Pero hay una búsqueda constante de ese pasado y de esas palabras “generadoras de vida” que nos definen.
Gracias a frases que se nos impusieron cuando éramos chicos –y hoy en día los ”pibes” las repiten desconociendo su origen– como el grito entrañable, pero no menos descabellado de Palmiro Caballasca –en la segunda versión del inolvidable ciclo “Señorita Maestra” que yo miraba de reojo, ya que en mi casa “no se veían telenovelas”, una paradoja ahora que lo pienso bien... – de “Me hirve la cabeza” es un error de conjugación gravísimo, para la gramática aunque no así para la lógica, como nos explicaba Silvia, una docente increíble de Corrección de Estilo, que nos explicaba por qué los chicos menores de seis años conjugan los verbos así, ya que siguen la “real” lógica de razonamiento, la cual no tiene absolutamente nada que ver con las concesiones –o no– otorgadas por las “Academias” ni por las convenciones de regularidad o irregularidad de las conjugaciones verbales.
Falta muy poco para que me reciba, y parece increíble. Y miro para atrás y me desconozco, así como a situaciones que viví durante estos “excesivos” y largos seis años, pero si algo me enseñaron, además del tesón y del “Retroceder nunca, rendirse jamás”, fue el amor a las palabras, a la cultura, al hablar bien, pero a la vez respetando nuestro propio estilo, porque como también nos decía Silvia, el discurso oral –su registro– nunca es exactamente igual que su correlativo escrito.
Me tomo la licencia de decir que nuestro hablar –el mío al menos– permite jugar –algo que ya había mencionado antes–, satirizar al lenguaje, pero esto no quiere decir bastardear ni faltarle el respeto... No obstante, nos llevaríamos sorpresas increíbles... Hoy todo el mundo es angloparlante –como está de moda el “english”–: me contó Adelina, una amiga Licenciada en Publicidad, que una tarde, realizando una encuesta en la puerta de la iglesia del Pilar, en nuestro afamado barrio de la Recoleta, se le acerca un extranjero para ser entrevistado y un linyera (¿homeless? (¡!)) que estaba a pocos metros de esta escena, al escuchar que el intercambio era en idioma extranjero –inglés– suplicó: “Good morning, ¿me da una moneda?”... Plop. Eso en la época de mi abuelita no pasaba... .
En la era de la globalización todo es posible, el tiempo y las distancias se acortaron, pero finalmente uno elige qué vivir y cómo, así que si usted prefiere ir a un happening o a una rave, sólo dependerá de usted, claro está y de quien lo acompañe... siempre y cuando sea comprendido...




copyright 2005 Julieta Botto

El porque de las cosas


Me estoy dando cuenta de que escribir sobre uno mismo es mas complicado de lo que yo creia, y ni hablar cuando encima de todo el teclado no funciona como uno desea. Pero bueno, las cosas son asi, gusten o no.
Yo soy una buena persona, excentrica, tal vez, pero necesariamente con algo de malicia, como todo ser humano que se precie de tal. Sin ir mas lejos, ayer hablabamos en el laburo con Laura sobre esta cuestion: el "ser" humano, que si uno lo piensa con detenimiento, no tiene nada de la "virtud" de la humanidad, mas bien todo lo contrario, porque la supervivencia, no es la del "mas apto" sino la del "mas vivo"-y no me refiero a vitalidad-, por no decir la del "mas hijo de puta de todos". Sucumbimos, casi sin pensarlo, a la tentacion irracional de hacer las cosas y "uy, le pise la cabeza al otro".
No se de que se trata esto, pero tengo casi la certeza, o de que la toma de decisiones es con malicia, o de que no hay nada de reflexion en ello.

Tambien pasa, que en el caso de que no lastimemos al otro, nos lo hacemos a nosotros, con faltas de cuidado, o simplemente con mal manejo de la energia, o bien en el curso de la misma en actos necesariamente de escupida hacia arriba. En fin...

Por lo pronto, tengo que ponerme a estudiar, dar algun final ahora en mayo, para recibirme y aspirar a una mayor felicidad, a un goce superior, no tanto economico -que la verdad no se si me interesa tanto como creo, bah, no se- sino de paz casi casi interior.

Bueno, creo que al menos algo dije, pero no mucho, sobre mi.

Esto de escribir sin acentos, me colma la paciencia, en demasia.