martes, diciembre 08, 2009

Para la libertad

Porque soy como el árbol talado, que retoño
y aún tengo la vida.

Hoy he vuelto a casa, después de una jornada de calma y sonrisa, con cierta fatiga, pero con la convicción de que la próspera libertad radica en el respeto de uno mismo.
En la actualidad, en nuestra actualidad, en la de mi país, somos fagocitados e imbuidos en discursos capciosos, en mediatizaciones poco creíbles o, al menos que siembran dudas hasta de nuestros amigos más cercanos.
Sin embargo, hoy opto por descubrir, sin pecar de soberbia, que uno debe creer en su propia intuición, en la creencia firme de que las cosas son en tanto no coarten la propia libertad –ni la ajena– en lo que atañe al 'no daño', y no en términos de patología –aunque este no se aleje demasiado–, sino en términos reales, porque el daño existe.
Por eso, hay que desterrar la culpa, propiciar la autoestima, la no violencia, la inteligencia para saber leer discursos e información, mensajes, señales, humores y otros etcéteras que constituirán la semiología que deberemos decodificar a lo largo de nuestra vida.
Y así, descubriremos que más allá de ciertas moralinas, la clave solo está en que mi libertad termina donde empieza la del otro...


Para la libertad. Joan Manuel Serrat

martes, octubre 27, 2009

Memoria emotiva

Cataratas de sensaciones indómitas y hoy es un día muy mío, de reflexión y no, de ganas imperiosas de cambiar el mundo –mi mundo y el otro–, y pienso en viajes –en el de nuestro texto postergado y fumatas y viajes de verdad...–.
Tengo ganas de garganta con sabor a jugo de naranjas y de sentir la primavera en la piel, y de no tener el moretón en la rodilla izquierda, pero sí el recuerdo hecho carne para cambiar.
El mundo me está atolondrando la psique, pero sigo en pie, una vez más –y van...–, sin embargo no es un día gris.
La pollera floreada me sienta bien, pero no el cúmulo de libros sobre mi-mesa-de-luz-cajonera, ni el desorden interno y externo.
Ya no me importa si me leen o no –miento–, pero algo me basto sola.
Mamá me mima y yo mimo a Agustín, y hoy eso me hace sonreír.

Si Disney despertase. Fito Paez

jueves, octubre 08, 2009

Arroró para Maite que duerme en su sillita azul

Arroró princesa de ojos en éxtasis
que no dormís en tu capullo de lilas,
pero que Orfeo te acompaña en tu silla azul,
dormí tranquila al son de las pecas de mamá
y de la manos-paloma de papá...

Arroró piquito de paloma
sonrisa en sueños de algodón,
carcajadas de ángeles velan tu descanso
y la calma se instala en derredor...

Arroró amor de tus padres
siembra fértil en un mundo descreído
porque has venido a ser canción de tus abuelos
alegría de tus padres
buena fortuna del mundo que te espera...

Arroró chiquita de nuestra alma
corazoncito que late en calma
solcito que te abriga a la mañana
dormí tranquila que la felicidad
será robada cada día
para que tu alma esté cuidada para siempre...




Um Canto de Afoxe para o Bloco de Ile. Caetano Veloso


martes, septiembre 22, 2009

Los azules

Son esencialmente honestos, francos al punto de parecer fríos, y si bien pueden ser tildados de calculadores, distan, por definición y esencia, de esto.
Son, más bien, reflexivos al punto de meditar, muy a pesar de sus locuras, las palabras que han de decirse en el momento y situación justa, lo cual, traerá, como consecuencia, su consabido éxito –por lo menos en lo inmediato–.
Son los que enjugan lágrimas sin darse cuenta y los que abrazan sin estirar los brazos.
Son capaces de sacrificar una ansiada siesta por ir a dar un beso de cumpleaños, así como entablar una conversación animosa y con espíritu animado, en el medio de un romance y de una fiebre de jueves por la noche.
No son ángeles con aureolas, pero brillan con sus alas de terciopelo.
Lloran con lágrimas sinceras y dicen lo que pocos se animan a decir.
Pero, por sobre todas las cosas, siempre son queridos, entrañables seres que jamás pasan desapercibidos...


El breve espacio en que no estás. Sivio Rodríguez y Pablo Milanés


martes, septiembre 01, 2009

Sobras (about 'desidia')

Cuando te sobre el tiempo,
surcarás mis labios con tu índice

Cuando te sobre el tiempo,
recordarás mis ojos en los tuyos

Cuando te sobre el tiempo,
gritarás mi nombre en un orgasmo

Cuando te sobre el tiempo,
intentarás asirme en un recuerdo

Cuando te sobre el tiempo,
me buscarás a tu lado,

pero,
cuando te sobre el tiempo,
tal vez,
yo solo sea el reflejo en la sombra...



Lugar de mí. Laura Canoura

jueves, agosto 13, 2009

Blanco

Letras juntitas, pegadas, párrafos completamente justificados a ambos lados y el fondo no importa, aunque a mí me gusta más el ahuesado, en este caso, el blanco y brillante va bien.
Y hay una pregunta más allá de cierto sabor a responso, mientras mi resfrío carcome (o eso me hace sentir por dentro) los huesitos frágiles de mi nariz que quisiera pecosa, pero que es levemente respingada y redonda.
Hace un tiempo que no llevo remeras panfletarias, pero estoy arduamente combativa ante quien se me cruce, y sigo defendiendo con uñas y dientes todo lo que pienso.
Mientras imagino lo que vendrá, intento surcarme un futuro haciendo como que estudio, leo textos sobre temas algunos más otros menos interesantes, e imagino la posibilidad de ser madre, de tener una editorial propia y de ser alguna vez una persona leve.
Mientras, me amo desnuda, con pecas en la espalda plagando mi espalda y ojos verdes que pretenden mutilar los dolores.
Digo palabras que me convencen.
Al menos es algo.




sábado, agosto 08, 2009

Té con limón sin miel

No pasa por la placa
de sonido
ni por los temores
no pasa por las visiones en los trenes
ni por las situaciones oniricopesadillescas
sino porque a veces pesa el pellejo
y no hay ganas de apretar los dientes
ni de estar tensa como un enrejado de alambre.

Eléctrico
eléctrica.

No hay apuro
y todo me corre
y mi boca
y mi boca.

Y allá atrás
como una bruma
están los 252 000 colores
de una pantalla ficticia

como un halo que no se deja atrapar

como ese aliento denso
expectante
denodado
ahogante

y sigue allí
esperándome
esperando a que yo haga algo
y me tranquilice

...


Mi todo. Alejandro Filio

jueves, julio 02, 2009

Viajes literarios

Los trenes, como ya mencioné hace poco, tienen ese sabor a magia, a imaginarte qué historias esconden los pasajeros, las risas, los ceños fruncidos, las piernas apuradas, las miradas tristes, las caricias, las limosnas, el cafetero...
Pero creo que después de un tiempo en el cual la única literatura se limitaba a algunas visitas bloggeriles, a algún pasquín leído a las apuradas qué vayaunoasaberdedóndesalió, las tediosas correcciones de un texto impropio en todo aspecto, las envolturas de las barras de cereal y un diario de consultorio, volver a oler un libro, volver a sentir que la savia me recorre, que mi imaginación fluye, que se exacerban mis ganas de escribir, de leer, de ensoñarme a bocanadas locas no tiene comparación alguna.
Y vuelvo a encontrarme, y entre otras cosas, vuelvo a reafirmar mi sí, que mi elección no está errada...
Y en el medio, la coyuntura de la vida, los ritmos que siguen transitando sus tiempos, el polvo de mi cama, la nausea de las enfermedades que traspasan esta tierra, los barbijos desafiantes, la política ignorante, la violencia en las calles hondas..., y la vida sigue...
Y heme aquí, con mi lapicera chorreante de tinta, cual sustancia seminal que pugna por salir, proteina de leche que alimentará a alguien (espero), así estoy, alerta, expectante de musas, de poemas y letras que me vistan el alma desnuda de palabras y ávida de más literatura como la que en este momento no me da respiro siquiera, y que escondo de a ratos, como quien esconde un chocolate para que dure más...
Y asiento con la cabeza a un Barthes imaginario sentado al lado mío en torno al goce carnal, visceral que produce la literatura...
¿Será coincidencia que las tres primeras letras de su nombre sean las tres primeras mías también?
Sería mágico morir en París... Y escribir una novela de a dos. Y estar enterrada en la misma tumba que mi amor. Aunque prefiera, de a ratos, ser ceniza...
Sería mágico morir en París...
Eso sí, no por la caída de un Airbus...


Los locos de Buenos Aires. Alejandro del Prado

martes, junio 09, 2009

Poetry

Languidece la tarde
y no hay pregunta y no hay respuesta
y giro cual calesita que quiere y no quiere emular a nadie (¿a alguien?).
Quiero ser la pelirroja liberal del cuento de Cortazar
más por lo liberal
que por lo desnuda
aunque siempre soñé con ser pelirroja.
Y las pecas pintadas con marcador marrón en
mis venas azules y blancas
que tengo por brazos.
Siempre quise manos con dedos largos.
Me contento con los míos.
Warm me dice mejor lo que no encuentro en confortable.
La búsqueda para nada frugal de preguntas es un atolladero en mi cabeza
que huye corriendo hacia margenes no dibujados
pero que son orillas a las que quiero exorcizar
como el miedo a la muerte
y la fobia a las bicicletas.
Un perro hizo correr a una señora por Córdoba.
Y quiero dejar de que Corrientes sea solo un lugar de paso,
si no Corrientes es mi estación de subte inventada que me conduce
a vos y a mil preguntas
a tramites y a las sin respuestas
pero nunca in situ
nunca para quedarme a ver una obra de teatro
o una muestra de fotos
o un café-chocolate-quéhacéstantotiempo-hablamos-saludosportucasa.
Arcada de cansancio y apago el monitor de la nada
y no mi cabeza.
Y poetry de qué, de dónde
para qué.
Bajo la cabeza
me avergüenzo
¿y qué?*








*si Borges me leyera se avergonzaría.



Eres. Ismael Serrano


domingo, mayo 31, 2009

Incertidumbre y no

La incertidumbre no duele. Lo que duele es la certeza de lo inevitable. La piel de lo que conocés y no querés ver. La desidia, el desinterés, la ceguera ante algo que está ante tus ojos y que no querés –o no podés– ver.
La vida continúa y continuará por los siglos de los siglos, y esa esfera de polvo que sos quedará flotando hasta que el Universo termine.
Valen el estoicismo y la capacidad de saber que caminando –aunque no se llegue a Roma–, te van a llevar al lugar que vos conducís.
Y eso es crecer.





Parado. Juan Carlos Baglietto




sábado, mayo 30, 2009

Una vida como tantas (historias máximas)

Me estoy enamorando de la vida, cosa loca a los treinta y cinco años... Pero trueco la culpa por la responsabilidad y la conciencia.
Elijo qué leer y cuándo, y ahorita disfruto de las ventanillas y el sol dorado de las primeras horas de la mañana.
Y en el último tiempo, de las enfermedades y las muertes y las tristezas o simplemente la vida, recorro con mis ojos miopes las facetas de colores de cada instante que siguen regalándome las ganas y las sonrisas a carcajadas, mientras disfruto de horas de trabajo en una tarea que no tiene nada que ver conmigo, pero sí, con la gente con la que laburo...
Y eso me da fuerza al llegar a casa y planificar mi futuro (y soñar en regalarle una alegría a mamá o lo mejor de mí a mi amor y a todos los que le plazca a mis ganas...)
Y encuentro raptos de cordura necesaria para mí (y no) y para los demás (y no).
Me siento vital, me siento sabia (con savia por mis venas).
Y luchadora.
Y vuelvo a cambiar los miedos y la culpa por cierta madurez sensata, pero no aburrida.
Y te dejo leerte en mis ojos y en mi piel plagada de vos... (y de mi aire que me respira fulgurando mi piel)...

Es lindo sentir que una puede sostenerse sola (a pesar de tus dos alas).


Simple. Sandra Mihanovich


domingo, mayo 17, 2009

R.I.P.*

No pensaba escribir hasta terminar con la locura que me abraza, pero decidí, en realidad, hacer una excepción y dejar que hable alguien que me acompañó durante mi adolescencia y hasta hace unos años, también, (de hecho, estuve buscando un libro para mi amor, que dicen que está agotado), ahora, desde el cielo, porque me acabo de enterar de que se fue hoy...

Primero, una poesía que siempre me gustó, por la historia (que es difícil de encontrar de manera tan fotográfica en este género) y por su cadencia majestuosa, por supuesto, en su propia voz...

Luego, una yapa...

¡Adios, Mario! (allá, en el cielo, buscá a un rosaringuino llamado Roberto, con quien seguro vas a poder tomarte unos mates...)



Los formales y el frío. Mario Benedetti por Mario Benedetti




Una mujer desnuda y en lo oscuro. Mario Benedetti por Joan Manuel Serrat






* Lo que pienso acerca de su persona, como luchador, revolucionario, etc., me lo quedo para mí...

sábado, abril 18, 2009

Pelar la teta

De un tiempo a esta parte, estoy viajando tres veces por semana en tren, transporte que permite ver diferentes realidades, que, indefectiblemente, motivan preguntas en mi cabeza loca.
Y algo que moviliza mi ser mujer, mi instinto de madre –maternidad aún ausente– y una pregunta de orden, casi, antropológico y social ronda acerca de el amamantamiento.
Varias veces al viajar en tren (y una en el subte y otro par en el colectivo) vi a mamás jovenes y a niños muy pequeños buscar la teta para chupar, o dormirse o para alimentar a sus hijos, con una naturalidad pasmosa, que desequilibró a mi pacatería pública... Y ahí mismo, o acá mismo, me respondo si es que ese desequilibrio no fue otra cosa que descubrir que, en realidad y seguramente, lo natural sea eso y no las reflexiones morales y culturales que me formaron a mí.
En torno a esto, también, me sorprendió escuchar a una prima, de la que jamás hubiera imaginado, decir que ella estaba amamantando a su hijo de nueve meses y que iba a hacerlo hasta el año. Y me cambió, gratamente, la mirada sobre ella.
Entonces, asumo que es una decisión personal hacerlo o no, que no estamos acostumbrados a ver tetas de mamás jovenes en viajes en tren, y ponemos la boca en o, o nos sumergimos en miradas huidizas o colores rosados, mientras que en la televisión está permitido, con una impunidad pasmosa, rebajar a la mujer al lugar menos natural y perverso de todos, al de objeto sin sentimientos, al de cosa.
Entonces, me pregunto, ¿acaso alguien niega que haya sentimiento en 'pelar la teta'?


Vas a ser madre. Lolita

sábado, abril 11, 2009

Mareo

En este último tiempo, estoy presa de un mareo molesto, que no sé si es real, y no me atrevo a indagar al respecto.
Por otro lado, me pregunto cuán literaria soy... Y las respuestas no son lo coloridas que yo quisiera que fueran...
Estoy presa de un tedio, de un aburrimiento zigzagueante y punzante de palabras y acciones irrefrenablemente angustiosas...
Pero percibo que el olor a las mandarinas que están en la heladera, sumado al chocolate empalagante que revienta mi estómago y desborda mis pantalones con su panza, a pesar de todo, son un síntoma de que algo tiene que salir de una buena vez.
El olvido sigue siendo mal consejero, pero a pesar de que no voy a atarme una cintita en ninguno de mis dedos, sigo apostando a las casualidades y al buen olfato.

La valse d' Amelie. Yann Tiersen



miércoles, marzo 11, 2009

Reflexiones de último momento*

  • Todos los miércoles, llueve.
  • El día que te conocí, todavía usabas reloj.
  • Esta oración no tiene hipérbaton. La primera, sí.
  • No estaba muerta..., tampoco de parranda... (solo ocupada)
  • Por ahora, los viajes me llenan de una paradójica energía y de tiempo para leer.
  • En este tiempo, me enteré de un montón de historias de supervivencia...
  • El olor a consultorio odontológico es un aromatizador de cartera.

* Con letra chica: No quería que pensaran que mi espacio se estaba desdibujando, prontito vuelvo ... (estoy debiéndoles el diario de viaje... No crean que me olvido)


Cambalache. Joan Manuel Serrat.