lunes, marzo 26, 2007

¿Qué andarás haciendo ahora?

Decidí no anunciarte nada más. Ni a mí.
Decidí refugiarme, y en el acurrucar maldito –y bendito– de la soledad,
rendirme un homenaje

Ser libre.

Sonreír con los brazos estirados
(como en las películas)
y me pongo una bossa (jaja, me acuerdo cuando te expliqué qué era la bossa) que paradójicamente aduce a tantas cosas
(y a tanta gente, que ya se fue
y me viene esa imagen apurada, de mí, desnuda mientras me cantaban esta canción)


La bossa, otra música negra que me define (la otra es el candombe, ¿debería haber sido uruguaya?), el blues, si bien alguna vez me definieron así, está un poco más alejado de mí...

Pienso seguir sacando fotos.
Tal vez ahí me encuentre.


Por otra parte las puertas se abren a mí,
y dentro de mi miedo habitual empujo hacia algún espacio exterior
eso:
el temor afuera...


Sonrío, y puedo disfrutar, y reecontrarme con entusiasmo y fruición
con un viejo conocido en el casamiento de mi prima...


Río (quiero fluir...),
a pesar de los ojos pegoteados de anoche,
de los pies doloridos
y del catarro de alcohol y puchos...


La vida sonríe, Julieta,
y hoy mi hermana se queda a dormir en casa,
y tengo a Perlongher en la cartera,

y no quiero volver a escuchar jamás, que alguien diga
que con tal actitud no seré feliz...
–aunque sean personas que me adoran, las que lo digan–

Iré contra mí si es necesario.

Y me espera un libro sobre mi mesa, y tras él,
seguramente,
una nueva vida....


¿Qué andarás haciendo ahora? Ismael Serrano.

jueves, marzo 15, 2007

(o' clock!) Colectivo

(Último texto del Taller Cruzagramas 10 2006. No hace falta explicación... Veremos qué aventuras le deparan a esta aprendiz de escritora para 2007. Como final, reconozco que no fue el mejor... Adviertoles.)

Buenos Aires, 7 de Noviembre de 2006.





Querida Tati:

Te escribo esta carta cortita porque siempre me pedís que lo haga, y después de la conversación de ayer, decidí hacerlo.
Primero que nada, quiero disculparme porque creo que ayer estaba un poco nerviosa, pero son muchas las cosas que tengo encima: la posibilidad (muy probable) de quedarnos sin vacaciones, el exceso de actividades de tu papá, mi próxima maternidad…, y la verdad es que ayer te tiré la opción de Mar del Plata, como una opción para compartir, pero la verdad, es que por ahora todo es un misterio.
Por otro lado quería decirte que me alegra compartir algunas cosas: las horas en el restaurant(1) de tu papá; el pasarte a buscar por el colegio cuando él no puede (la cercanía de edad, nos hace más compinches); tu ser tan cariñoso; tus preguntas de lorito(2) hablador; las horas peinando nuestro pelo largo y de igual castaño; las veces que me decís que soy re linda, a pesar de mis anteojos y tantas veces, que reconozco que mi tono no es el más amigable, y a pesar de todo, ahí estás, con tus ocho años de pequeña enana enseñándonos tantas cosas a todos nosotros, dejándonos a todos, como si nosotros fuésemos los chicos.
Lo que quiero que sepas, igualmente, es que algunas cosas van a modificarse a partir del nacimiento del bebé, la cantidad de tiempo y atención, tal vez no sea la misma, pero estoy muy segura de que vamos a seguir siendo las más compañeras como siempre. Eso es algo que quería decirte también, a medida que uno crece hay cosas que hay que sacrificar (tiempo, personas, actitudes, palabras), pero no por eso, tiene que ser algo malo, sino diferente. Yo sé que sos una nena muy despierta, y que vas a saber entenderlo y enfrentarlo. Confío en vos.
Mientras tanto, seguiremos disfrutando del tiempo que nos quede hasta el nacimiento, para hacer nuestras travesuras habituales, riéndonos por la calle, viajando en colectivo, sin rumbo, inspirando a alguna escritora joven (y curiosa) cuya intriga supere toda historia real o imaginaria…
Te mando un abrazo gigante, gigante, y cosquillas en la panceta (como te reís sin dientes cada vez que te digo esto…):

Yo



(1) no estaba así en el original.

(2)idem ant.




Esos locos bajitos. Joan Manuel Serrat.

martes, marzo 13, 2007

Resultados: o hacerse demasiado cargo

A veces uno toca fondo. Sin saber cómo, ni por qué, o tal vez sí... –pero sin hacernos demasiado cargo...–
Y ahí, de golpe, sin saber cómo, ni cuándo, ni por qué, todo se se ve luminoso, y claro, a pesar de la mala nota de un examen, y de ciertos fastidios cotidianos.
Y sonreís como una loca, y te lo reconocen en un negocio aburrido en horario laboral, o te salen las cosas bien..., de la manera más inesperada. Entonces te preguntás, y respondés retóricamente, que algo, seguramente mutó. Y confías en vos misma, y tomás envión ante cualquier circunstancia, y te animás a más, y a enfrentar dragones y molinos de viento. Porque no sé si Mark Twain tenía razón, pero seguro que lo que no te mata, algo te fortalece...
Y finalmente, como la cereza de la torta, unas simples palabras dichas a tiempo, consuelan a quien está triste.



Y volvés a sonreír...



Cable a tierra. Fito Paez.

jueves, marzo 01, 2007

Concentración


Estoy preparando un final (que realmente debería haber preparado con más ahínco), por eso mi silencio. Espérenme, porque pronto estoy de vuelta...




Invierno. Vivaldi.