sábado, diciembre 29, 2007

2007

Se escurren los últimos vestigios del año del chancho, y estamos a la espera de la rata que parece que, lejos de lo que imaginamos, es muy amigable.
Se va el año de las películas argentinas (que seguro irán a Volver...): Madres, XXY, Una novia errante, la señal, ¿De quién es el portaligas?, El pasado y Estrellas; películas que, más allá de gustarme, al finalizar el año, dejaron en evidencia mi amor por el cine nacional y por ciertas salas nada shoppynescas...
Se va el año que dejó atrás el rubio y un eterno trabajo de casi catorce años...
Se escurre el año en el que intento dejar la adolescencia tardía, para darle paso a la madurez afectiva, responsable, y no por eso, de una menor libertad, todo lo contrario: el poder tomar con seguridad lo que es mejor para mí, enfrentando cualquier desafío...
Se va el año en el que descubrí cuánto valoro la vida, y que con más ahínco, y a perpetuidad, quiero intentar honrar cada día...
Se va el año de las sorpresas, de la gente que apareció sin rumbo fijo, pero para recordarme que cada gesto vale, aunque sea por un segundo, por un ínfimo detalle, por diez minutos de charla telefónica, un par de abrazos o un cedé que cruza un río ancho como mar...
Se va el año que me enseñó que no hay que aferrarse, que una puede amar con locura y, sin embargo, peregrinar ligera de equipaje...
Se va el año en el que las fotos se hicieron evidentes, y necesarias, en mi vida...
Se va el año en el que afronté que no hay que tener miedo, porque nada frena lo inevitable...
Se va un año salado de lágrimas...
Se va el primer año de mi trabajo-vocación, que tuvo como paga un agradecimiento inolvidable... Se escurre con rapidez un año de gente que me sorprendió, de gente que pasó, de gente que se fue –y si es lo mejor, ojalá vuelva...–, de gente que me dejó tintineando palabras y miradas y abrazos a fuego...
Se termina el año del reencuentro con mis compañeras de colegio y, sorprendentemente, fue un encuentro maravilloso.



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Eternidad.Cuentos borgeanos




Datos curiosos en letra chica:

fue el año que menos cambios de plantilla tuvo el blog;

casi todos los post tuvieron una canción (y de hecho mucha gente que me visitó disfrutó de esto);

me visitaron primos y sobrinos segundos de una misma rama familiar;

organicé correctamente mis materiales: acá fui solo escritora-editora y allá, fotógrafa.

jueves, diciembre 27, 2007

Había una vez un blog...

Es época de balance, y como tal, es un momento en el cual uno recuerda tantas y tantas cosas, y descubre gestos como sonrisas..., o lágrimas, o ausencias...
En este año y medio –este blog nació en junio de 2006– que el blog lleva de vida, ocurrieron muchas cosas en torno a él, se tejieron vínculos, volqué gritos, golpeé monitores imaginarios, transitó gente que vino y se quedó, otra pasó de largo y sé por fuentes verdaderas que hubo gente que lloró y otra que río a carcajadas. Alguna fue conducida por mails,o por el amigo google y no faltaron quienes peregrinaron casualidades...
No soy la misma que tímidamente empezó a escribir hace poco menos de dos años, soy una mujer que se busca, que no sabe si su tesis va a ser sobre los blogs, que busca algo que no sabe si es interno o externo, pero sigo acá; no sé si dando lo mejor de mí, pero presente, de una manera u otra..., como pasa con la vida...
Este espacio, esta casita virtual, este café entre amigos de carne y hueso aunque no conozca sus ojos, ni sus manos, ni sus sonrisas y miradas en movimiento, me trajo un compact desde Uruguay, un mensajito de texto apenas esta última Navidad, me dio dolores de cabeza, y gente que me piensa –a su manera–.
Y a la vez, sigo siendo yo, con mis ojos verdes-turquesas, con mis ojeras de trasnoche, con mis fotos imaginarias y reales, con mis personas añoradas en distintos puntos equidistantes...

Quería saludarlos y desearles un año pleno –que se hace cada día al andar– y agradecerles por leerme, por esperar un post nuevo, aunque haya demasiado aire intimista y poca literatura o algo que decir...



Romeo & Juliet.Dire Straits

martes, diciembre 18, 2007

Lana*

Ojalá el verano no fuera inminente, así podría tejer cual Penélope y desovillaría mis nervios...


*la bufanda abrazaría unas cuantas cuadras a la redonda...




Me olvidé de lo demás. Calamaro + Gieco

lunes, diciembre 10, 2007

Gatito

No hay nada más placentero que adormilarse al sol, mientras el colectivo avanza a paso de hombre.





Mais um adeus.Toquinho.



martes, diciembre 04, 2007

Slam (la puerta se cerró)*


Estaba acuclillada en el suelo, tenía el pelo revuelto, y los ojos hinchados, la boca reseca, y las manos sin nada. Solo con las uñas pintadas furiosamente de borravino. «Una dark» oyó al recordar.
Silenció su sola presencia y comenzó el exorcismo.
Mientras sus piernas casi transparentes patinaban sobre el piso lustroso, vacío y frío, intentó, entre tambaleo y tambaleo, ponerse de pie.
Fue a la cocina. Y nada.
Fue al baño. Y nada.
Había comenzado ese ritual, casi necesario, de la inestabilidad emocional, de la vacua herida que parece que jamás va a cerrarse, o a secarse. Y de eso tenía miedo, de secarse. Miedo al absurdo sentimiento de dejar de ser ella, para ser más ella que nunca. Pero todavía no lo sabía.
Se miró las uñas de los pies, y le surgió una mueca mezcla de risa, extrañeza y paradoja. Sus uñas borravino se habían saltado un poco. «Ese es el problema de usar sandalias».
Y agarró la caja naranja: y fue metiendo ahí, uno a uno, los recuerdos, las lágrimas, las frustraciones, los reclamos innecesarios, la infinidad de veces que desoyó los «basta», los gritos silenciados –y los malditamente expresados–. Dejó todo ahí, no solo para que el dolor se borrara, sino para que fueran desterrados de su vida, para que estuvieran al alcance de sus manos borravino (que irremediablemente no combinaban en absoluto con el naranja de la caja) cuando fuera a flaquear por los mismos motivos, y recordara qué errores no debía cometer nuevamente.
Le puso la tapa a la caja. Se levantó de golpe. Y se puso en movimiento.


* concierto para cuerdas y clavicordio.





Rather dance with you. King of convenience

jueves, noviembre 22, 2007

Foto

Es blanca con pecas. Su piel es cremosa, en algunos lados, casi azulada por sus venas violetas y marcadas.
Gusta de mirar –y admirar– sus pies pequeños. Su debilidad: sus raíces que muchas veces se llenan de ampollas y le duelen en su más amplio sentido léxico. Campo léxico. Campo semántico.
Tiene ciclos con sus manos voladoras: por momentos se come las uñas, y por momentos, no.
Ojos miopes: dos, celestes y color del tiempo. Para cierta persona, verdes.

Ama de igual forma, amar a la gente; abrazar a los que ama; llorar por pavadas, sonreír por pavadas cuando viaja en colectivo; acumular libros; acunar –y acuñar– sueños que desea, alguna vez se cumplan.
Comienza a detestar el desorden; que le cueste madrugar; llegar tarde a citas importantes, o no; reclamar a los que ama; quejarse en constancia; la ropa acumulada sobre la silla; el desorden que la habita; esperar, esperar, esperar…

Su boca es de corazón. Y alguna vez la llamaron Barbie.

Es afinada como una alondra y ama ser fotografiada. Su posición ideal es la horizontal.

No le gusta la gelatina, pero come mondongo.

Le teme a la muerte, a las ausencias y al dolor.

No usa tacos, salvo que la obligación se lo exija –y eso sucede cada vez menos–.

Ama los regalos, sobre todo, hacerlos.

Le gusta el agua, sumergirse, imbuirse en estados de flote. No teme arrugarse.

Tiene tendencia a la melancolía, a aburrirse, a la ciclotimia, a la curiosidad, a la inseguridad con una dosis de celos.

Tiene facilidad para la escritura y la escucha (ni hablar del habla…).

Carece de talento para los deportes, para tener animales y para no salirse de sus casillas.

Saborea con fruición el vino tinto, y los sabores perfumados. Le desagradan las verduras amargas.

Se entusiasma de manera adorable. Es pequeña, abrazable (¿maleable?).


Gusta de acurrucarse y dormir.


Pasa. Pedro Guerra

viernes, noviembre 16, 2007

Atravesados por la pasión

Hay cosas que pasan, que irremediablemente te cambian. Hay personas que pasan, que irremediablemente te desenfocan la sintonía.
La cabeza muta, y la piel se te descama sin darte cuenta. Y de repente estás ahí, en ese mismo lugar, y sos otro, u otra…
Pero algo pasó, y la mentalidad, la ideología que te guiaba por años, es otra, vos sos otro.
Y no sabés cómo, ni por qué fue.

Hace algún tiempo que me pasa eso, que no identifico cuáles son mis movimientos, y, sin embargo, sigo siendo yo, pero teletransportada a una realidad y a una historia que creí nunca iba a llegar –o al menos, no tan pronto–.

Cuando comenzó este año del chancho, me fui a Bariloche, y le dije a mi hermana que de la escribanía me quería ir sí o sí.
Y un poco generado por mí, y otro poco por los hilos de mi pasión interna por vivir la vida como yo quería, me animé, y a poco menos de seis meses, mi realidad laboral es otra.
Hace unos años que me siento desnuda de varias capas de mi cebolla, que sin estar a flor de piel, encuentro una Julieta que empieza a saber qué quiere, y hacia dónde va.

Entre la semana que pasó y esta, me pasaron cosas que hicieron que sintiera que, en algún punto, estaba haciendo las cosas bien: un par de autores cuyos libros estoy editando, me agradecieron el laburo y la dedicación; un amigo-conocido, que hacía tiempo no veía, me invitó a compartir su propia creación, su propia realidad atravesada por la pasión…, y eso me llamó a la reflexión y a la conclusión de que, en realidad, cuando la pasión te atraviesa las cosas se dan irremediablemente…

Y te encontrás ahí, siendo otra, u otro…, pero siendo, siempre, vos, en otro lugar, y en otra instancia, pero vos…
Y te volvés a encontrar…

martes, octubre 30, 2007

Iconografía de mí

Reina
exploradora de una nada
expendedora de sonrisas a raudales
expoliadora de vidas adyacentes
obsecuente por opción
–y no adoptada–
in-adaptada a los ritmos que te marcan
demarcaciones en pieles agritadas
avinagrada de una realidad
por insistente.

Dejate salir
vestite de ese blanco que amás con locura.
dejá el cigarrillo que consume tus pulmones
y tu ansiedad
que es tu afán y tu anhelo
tu motor que no se deshilacha.

cuidá tus ojos
y convertite
a la religión que destierra los demonios
las broncas insalubres
la histeria por comedida

Arranca con las uñas carcomidas
la mierda que te estruja
que apaga la luz que te hace bella
y en un pestañeo aferrate a vos
olvidate de aquellos –los inservibles, los nada, nadies, ninguneados

Y sé reina, como sos…





Reinas de pueblo grande. Silvina Garré


miércoles, octubre 24, 2007

Concierto lúdico (bonustrack de De vocación editora)

La misma noche que se develó ante mis ojos curiosos (que se habían contendido durante más de quince días, como pocas veces...) el misterio del cadáver exquisito, les propuse a los participantes lo siguiente:


Concierto lúdico
sep 4

Esto comenzó hace poco menos de (¿o que?) un mes...
Y el resultado fue este (léase el mail anterior (2)):..¡maravilloso! (valió la pena dejar de lado mi curiosidad...) Por eso propongo el último
desafío, el último juego, un último riesgo, antes de develar (¿o revelar?) quién es quien...
Adivinen...
¿quién es psicólogo/a?¿y psiquiatra?¿quién edita libros?¿y quién es docente?¿a quién le gusta el chocolate y sabe perfecto inglés? ¿quién estudió marketing?¿y quién profesorado de letras? ¿quién de todos/as es mi hermana? ¿quién tiene padres extranjeros del mismo país, y por eso estudió lo que estudió?¿quién se quiere dedicar a editar libros de arte y es
super culto/a?

¡A jugar!

besos, y nuevamente gracias por esta locura, que como verán no solo es para mí, y pronto sabrán más al respecto.
Gracias, y sepan que los quiero mucho:
--
Ju
http://malaspalabrastododependedelcontexto.blogspot.com
http://cielodepecas.deviantart.com



A través de ese mail, les daba una vuelta más de participación a un sueño muy mío. Y a partir de esos interrogantes, otro camino más a transitar...
Hoy lo dejo acá, un poco como símbolo de mi cuelgue, de mis ocupaciones, y de una energía puesta solo en encontrar mi paz y equilibrio...


Cantares.Joan Manuel Serrat

sábado, octubre 13, 2007

De vocación editora.

Porque nobleza obliga, debo decir que este post no va a estar escrito por mí: simplemente voy a haberme constituido como puente, como artífice, como instrumento para que una historia se desarrollara y fluyera. Como la vida misma.
El resultado me llenó cada poro, cada intersticio de mi geografía de 1,53 m.

Método e hipótesis:

A principios de julio, o hacia fines de julio, conocí a un paranaense adorable llamado Manuel, a quien adopté inmediatamente como socio, amigo y hermano –porque el corazón nunca pide permiso–, y con quien proyectamos una revista, que si bien en este momento está durmiendo, espero que en algún momento salga a la luz. Y un poco para empezar a proyectar algo, para darle un lugar en el mundo, hacerla tangible, a modo de braindstorming, le propuse a Manu, hacer un cadáver exquisito...
Y así comenzó a girar este canto rodado, desde la mañana casi noche del nueve de agosto, hasta la noche del tres de septiembre –como un presagio de regalo de cumpleaños...– donde dijo ¡listo!, y se acomodó en su lecho. Como pasa en la vida...



Esta vez, solo voy a ser un puente. Acá está mi primer publicación-compilación. De más está decir, que conté con autores de lujo...






Tema de Pototo.Luis Alberto Spinetta.




lunes, octubre 08, 2007

Proyectual I: Cuando Gasparín es realmente amigable...

Esta madrugada me acostaré con un sabor a satisfacción en mi boca...
La semana que empezó triste y extraña, se fue coloreando con el paso de los días.
* * * *
El miércoles nos encontramos a cenar con un grupito de las chicas del colegio, y lo que no sabía qué resultado daría, tuvo como puntaje un: ¡Muy bien. 10. Felicitado!, porque el tiempo pasó volando, y nos divertimos mucho. Prometimos lo que a veces no se cumple: vernos en breve; sin embargo, como las promesas de antaño –y de la adolescencia compartida–, la ilusión quedó firme, y el intercambio de fotos durante la semana, también...
* * * *
El jueves en el colectivo sucedió un milagro... (espero que con el tiempo se confirme...)
* * * *
El viernes fue un día precioso. Llovió durante casi todo el día, pero para mí hubo sol...
Tuve una buena jornada laboral, en la cual, con Mariana, amiga y correctora, aprovechamos el tiempo y continuamos aprendiendo en este camino que ambas comenzamos a transitar. El libro comienza a tomar forma, y este, que será como un «primer hijo», me llena de orgullo...
Y después me encontré a tomar el té con Lore, en Las Violetas. Todo fue mágico, y no me refiero a las delicias que saboreamos, sino a la charla que compartimos, y a saber que una amiga que es una hermana más, está «viviendo uno de los momentos más felices» de su vida. Eso me hizo sonreír el alma... Luego nos fuimos caminado las obligadas veinte cuadras para ir al cine, no solo por lo que habíamos comido, sino porque la nochecita estaba preciosa.
Nos encontramos con su amor, que caballerosamente nos invitó al cine a ambas, y al terminar la función, cuando me acompañaron a la parada del colectivo, le propuse a Lore volver al gym...
* * * *
El sábado fue dulce y armónico. Tuve tranquilidad y pude regalar sonrisas. Me convertí en una nube turquesa, reflejo de lo que va a venir...
* * * *
Solo me falta terminar de ordenarme...
* * * *
Y no estoy sola, me tengo a mí: soy mi propio Gasparín...
* * * *


Dibujos animados. Pedro Guerra.

lunes, octubre 01, 2007

Libra

Algo tenía que decir... cuando el alma se te aprieta en el cuello porque ves a tus viejos fuertes y frágiles a la vez, y a tu abuela que pasó por todo, y como dijo mi tía ayer «no le fue esquivo dolor alguno».
Lágrimas con el sol en su cénit, cataratas de agua y recuerdos, y una montaña rusa que te lleva a agradecer y a sentir impotencia.
Y otra vez pensás en quienes te dieron la vida, sin que la buscaras, y a la que hoy te asís, luchando incluso contra vos misma para ser digna de ella.
Y otra vez vuelve tu abuela a tus ojos –y a tu mente– y pensás que a pesar de todo el dolor, querés llegar a viejita con una vida digna, y ser amada y respetada (y recordás a la otra, que está en el Cielo, y se te hincha el pecho de orgullo...)
Descubrís –aunque sea una vez más– lo que realmente vale la pena. Intentás quedarte tranquila. Y sonreir.
Y pensás en la fragilidad de tus papás, y los querés abrazar y decirles «No, gracias a ustedes...»



Cuarto menguante. Raly Barrionuevo

viernes, septiembre 28, 2007

Deíxis

Tengo miedo de que la imaginación usurpe mi persona, quitándome el aliento...
... pero tengo miedo de que lo que ella diga sea verdad...



Miedo. Pedro Guerra

lunes, septiembre 24, 2007

Preparada, lista, ¡ya!

Ayer fue un día de estrellas (nada estrellada), a pesar de ciertas preocupaciones que rondan, y aun sabiendo que hay cositas por ordenar, de meter en cajitas, y archivar (¿incluso tirar?). Mimos de insospechados personajes, guiños, empujones a mi confianza, secretos confiados por amigos, sonrisas a través del monitor, recuerdos de adolescencia, y muchos regalos que me saborizaron dulcemente el día. Por eso, me resta sacudir los vestigios de parsimonia, y llegar a la meta...

(Estoy estudiando..., no me pidan más musas..., se hace lo que se puede...)

Creciendo. Sandra Mihanovich

martes, septiembre 18, 2007

Cosecha tardía*


No tenés veinte años, sin embargo te sentís vital, y los ojos siguen brillándote. No sos un tempranillo que abre una cena…, sin embargo, eso te sienta bien…
Te preguntás, al borde de la noche, camino a lavarte los dientes, dónde podrás encontrar una receta de torta de nuez, y te parece recordar que, alguna vez, tu mamá hizo una, con cobertura de chocolate, y todo. Y pensás en el desafío que eso implica para vos, que de repostería nada –pero lo que se dice nada, nada…–; y volvés a recordar, con otra sonrisa tímida, que tenés que aprender a hacer flan casero, también…
E indefectiblemente, todo te lleva a pensar en besos, en mimos, y en las palabras que pueden enhebrarse, y esconderse, en un ‘te quiero’, en una cabeza apoyada en tu hombro pecoso; y en un arroz con manteca y queso, y una pastilla, porque amaneciste con dolor de panza. Y decidís que no querés dormir más, ni soñar despierta, ni dormida, sino vivir, a como dé lugar.
Mirás tus manos, y sonreís frente al monitor que te devuelve estas palabras escritas… Volvés a mirar tus manos, y rememorás el reclamo dulce de que nunca le hiciste una obra de títeres.
Sabés que estás aprendiendo, que necesariamente esto iba a pasarte, de a poco, y no tenés apuro: es todo como un batido suave en el fuego, que debe ser revuelto despacito y con cuidado para que no se arrebate, ni se corte… Pensás en los consuelos-buñuelos que querés regalarle para que su vida sea más dulce…
Y terminás descubriendo que sos un vino dulce, una cosecha tardía, pero plena, para degustar el postre; y tal vez, cuando caiga la última gota, llegar hasta el final...


(*singularia tantum: cenit, fe, esperanza, caridad, Norte, Sur, Este, Oeste...)





Quiere. Pedro Guerra

jueves, septiembre 13, 2007

Disléxica contrariada…

(o el porqué de las fe de lauchas)


Mi tía Blanca nació zurda, pero por la época en la que ella hizo la escuela primaria parece que eso no era muy bien visto… Y empezó a hacer todo con la derecha. De adulta, sus genes se le rebelaron, y empezó a turnarse a la hora de manejarse en su cotidianeidad, por ello se autodenominó ‘zurda contrariada’…
* * *

Yo siempre fui desordenada para algunas cosas, y ultraobsesiva para otras. Y este oxímoron en el que me convertí, con el tiempo me llevó a que hoy sea editora (de hecho, aunque me falte algún que otro final…) [por la fórmula= libertad para laburar (hija ilegítima del desorden justamente) + meticulosidad (medio hermana de la obsesión)].
Sin embargo, a pesar de que lo haga tan simple (y elida el hecho de que empecé otras carreras, y solo terminé la de actriz titiritera, cuyo certificado nunca busqué…, pero esa es otra historia, bien sabida por más de uno) y me escude en una capacidad de síntesis bastante ajena a mí, todo esto me llevó su tiempo, así cómo varios dolores de cabeza. Siempre amé los libros (una Navidad pedí que me regalaran siete libros, de los cuales alguno conservo en mi biblioteca –y digo alguno porque, no por opción personal, algunos desaparecieron…–) desde que tengo uso de razón, y antes también –de hecho descubrieron mi precoz miopía porque acercaba los libros y revistas a una distancia imposible–, pero mi imaginación excesiva soñaba con ser escritora, y no editora…, pero eso fue destinado a otras personas de mi linaje...
Comencé estudiando Ciencias de la Comunicación porque quería ser periodista, para, desde allí, saltar al status de escritora en un paso, lo que dejaba de lado, era que mi fantasía estaba obviando a la realidad. Pero nunca dejé de ser ingenua… Y la vida, que es la que sutilmente te va llevando y sorprendiendo a cada instante, hizo que las casualidades derivaran en una historia que fue escrita para mí…, y que me dejo diametralmente ubicada del otro lado del escritorio… Pero siempre cerca de los libros.
Y ese caos, interno y manifiesto, es sublimado hoy, allí, en los textos ajenos, llevandome a corregirlos con lápiz negro (consecuencia de mi inseguridad), y a estar varios minutos rumiando las palabras, los renglones, las interlineas, para resolver puntos y comas, ces y eses, bastardillas y redondas…
Todo eso dejó en evidencia varias cosas: no poder disfrutar de los textos como antes –o a soportar cualquier edición–; descubrir que me malhumora que la gente no sea «muy» correcta al escribir y al hablar; que me gustan mucho, pero mucho más, las comillas españolas («») que las inglesas (“”); que soy disléxica contrariada cuando chateo (porque el escribir rápido deja de lado mi costado disléxico, lo que, si no tengo opción de corregir puede traerme conflictos a posteriori) y que volví a comerme las uñas…
A esto se debe, también, que deje comments que parecen tesinas, en algunos blogs; o me autocorrijo y corrijo a los demás, hecho que la querida Silvia (profesora mía de Corrección de estilo) objetaría, aduciendo que no me adecuo al ámbito ni al registro que corresponde. Pero bueno, soy así, y ya sabemos que, a pesar de ser virgo, «El pez por la boca muere»… (… es que necesitaba desmitificar mi comportamiento neurótico obsesivo dentro del mundo blogbalizado de la net….)




Babel. Pedro Guerra

jueves, septiembre 06, 2007

Todo para ser feliz:[34=7 (3+4=7)]

El martes llegué a la clase de Corrección con algo de bronca, transpirada, corriendo y, por supuesto, tarde. Sin embargo, como en todas las clases, Fernando me arranco una risa cuando me preguntó si no tenía problema en sentarme en «un palco» (entiéndase por ‘palco’, a dos sillas ubicadas de manera perpendicular al escritorio de la profesora, con una distancia menor al metro…).
La clase se desenvolvió como de costumbre, y de a poco se me disipó algo del mal humor con el que había llegado, hecho que terminó de sucumbir a mi sonrisa cuando Fer me invitó a cenar a su casa.
Caminamos por unas calles preciosas de Caballito (alrededor de quince, creo yo) hasta llegar al subte. Esta vez decidimos portarnos políticamente correctos y pasamos por los molinetes. Y cuando estábamos llegando a su casa, me dijo que me había grabado un disco por mi cumple, porque el 34 en la numerología no era un número menor… Es la conjunción del Cielo y de la Tierra (lo espiritual y lo material). Y vino y polenta de por medio, y musiquita preciosa, y charlas amigables, me fui dando cuenta de que soy una afortunada.
Nada de lo que me falta puede darme mayor felicidad de la que tengo o sí –tampoco tengo que ser poco ambiciosa–, pero nada hay que me empañe la mirada realmente. Al contrario, estoy descubriendo la esperanza, que es algo a lo que nunca le di demasiada bolilla.
Pero además estoy contenta por la vida, por los ínfimos detalles a los que no puedo huirle, sino más que ponerle la otra mejilla. Y ahí quiero gritar de alegría.
Y me veo hoy almorzando con mamá y Agustín, a los que miro emocionada porque mamá le preparó «milanesa con papitas», y él se desafora, y mamá se babea por el nieto. O más tarde, Agus viene y me dice que apague la compu para ir a bailar al living. Y nos reímos, y reímos, los tres. O más tarde que me lo llevo a la farmacia y le pongo perfume, y me pide golosinas, y vuelve contento, saltando por la calle de la mano de su tía que no puede más del orgullo por semejante belleza… Y me agradece, y me hago pis encima… Entonces, las cosas que el domingo me entristecían o malhumoraban son papel mojado, son nada. Porque nada me falta, y si algo es así, solo está en mí, cambiarlo.
Además, como me dijo Fer, el 34 que es igual a 7, es el número de la concreción de los proyectos, de los fines de ciclos, de la felicidad…, entonces, ¿quién me para…?


Happy together. Leningrad Cowboys

lunes, septiembre 03, 2007

Travel

Tengo un viaje atragantado en la garganta
que me grita: «Julieta, vení...»


Heaven. Brian Adams

jueves, agosto 30, 2007

Veleta

Gigantesca.
¿Dónde me llevará el río?



Erase que se era. Silvio Rodríguez

martes, agosto 28, 2007

Fastidio

Odio los «no» como respuesta
y los «sí»
como pregunta.




Desconexión sideral. Bersuit Vergarabat

viernes, agosto 24, 2007

¿Viste...

...esos días en los que decís: «¿por qué no me quedé en casa?»?
Hoy, es uno de esos.

(Espero que a pesar de los guantes, de la cabra y de inglés, el cielo celeste lo compense...)






Ahora. Ismael Serrano

miércoles, agosto 22, 2007

Linda por dentro


Más allá de mis aguamarinas por ojos y de mi boca corazón, estoy contenta –hoy–, porque ayer la doctora me felicitó por mi buena salud...
Últimamente, nada ni nadie me quitan la sonrisa.
Y saco fotos que me gustan...



Que maravilha. Toquinho/Maria Creuza

lunes, agosto 13, 2007

Gestos maravillosos sabor chocolate


Hace unos días que me pasan cosas lindas, sí, lo que le otorga a otras, no tan lindas, un poco más de color…
Desde el lunes pasado –secuencia seminario-encuentrocontodoelmundo-cenaconluciano–, pasando por el martes a la mañana, con amanecer con mi adorado sobrino; el jueves, tranquilidad, recursada con pilas, reencuentro con Fer; el viernes, mensaje hiper dulce desde la Mesopotamia, gesto visual lindo, desafío docente, pérdida de plata (-0,50 ptos.), cena loca en lo de Marian; el sábado, desayuno con Gas, sol precioso, fotos en Parque Lezama, llamado de Sofi, pelea con Gas (-5 ptos.), llamado de Javi, almuerzo y siesta, salida reflexiva, tranquila y linda (con el último mencionado), para finalizar la semana, el domingo, con un cumple muy especial, en el que me sentí muy bien. Pasaron muchas otras cosas lindas, llamados lindos, el comienzo de un proyecto que me está inyectando de maravilla. Y todo eso, me hace pensar en todas aquellas personas que en lo que va del año, simplemente están lustrando el sol para que salga ante mí, todas las veces que sea posible.
La semana anterior les dije que no andaba muy inspirada, pero al menos quería que supieran que estoy aprendiendo que cada pequeño gesto esconde un perfume y un sabor dulce si me permito saborearlo…
(Ah, además, mi hermana consiguió laburo...)











La canción es para Gaby y Manu, especialmente (cada uno va a entender el motivo)



Milonga de andar lejos. Daniel Viglietti

miércoles, agosto 01, 2007

Excusas...

Tratar de hacer mil quinientas cosas –y que además salgan bien– es un privilegio de unos pocos… Sin embargo, hoy no voy a quejarme, por el contrario, voy a pedir disculpas (y fundamentalmente a mí), por no encontrar el momento más propicio para escribir algo lindo –y digno– en este espacio tan íntimo… Esto genera, un poco triste para mi almita, que las visitas habituales se dispersen, y sólo aparezcan peregrinos, que rara vez vuelven a morarme… Pero bueno, esto es así.
Mi realidad hoy –redundancia, redundancia– es la de acomodar mis tiempos a mi trabajo nuevo, esa vocación que me está abriendo caminos inesperados, ideas, descubrir un mundo creativo –y de mil colores– dentro de mí. Hay un motorcito dentro mío que me impulsa a querer recorrer otros paisajes, a surcar otros cielos, a no cesar en la búsqueda, a idealizar sueños que no parezcan tan remotos. Y eso lleva energía, esfuerzo, desvelos, falta de tiempo o hasta a veces, vale decirlo, una mirada desviada hacia otro lado, porque la vida así lo amerita.
Así es que esta es la excusa por la cual las actualizaciones son tan esporádicas, e incluso muchas veces, algo aguadas, sin poco color o contraste. Y los que me conocen, saben que soy muy pasional y que no me gusta hablar por hablar, ni hacer cosas sin brillo…, por eso les pido paciencia. Sigo acá, esperando sus visitas, sacándole las malezas al jardín, pero estas son mis excusas sí en la visita sólo encuentran un café fuerte, o un rico té, pero sin ninguna galletita dulce…


Canción de amor.Lisandro Aristimuño

lunes, julio 09, 2007

West side story


El subte anda rodando
y las vías chirrían
mis oídos lamentos
y mi corazón al oeste
–aunque esté al Este–
y mis ojos melancolizan
mis palabras por las noticias...

un cascabel se entromete
entre mis historia
vibrante
expectante
y nada en mi habla
produce gloria florida
aunque mas no
viamonte
y grito estrepitosamente
pensando en el tren de
mis pensamientos
buscando el aura que ilumine mi aurora

¿y qué?
¿por qué?

tengo miedo a la muerte joven
tengo miedo a no ser constante
a veces,
a mi falta de algarabía
y me acurruco en un canto
–tal vez no rodado–

Y me voy a dormir

Acuarela. Toquinho.


jueves, junio 21, 2007

Cúi

Era invierno cuando todo empezó. Y reconozco que mi primera reacción fue helada, cruda, hiriente, arrancalágrimas.
Eso cambió de manera gradual, pero sin caer demasiado en la cuenta, hasta apenitas entrado el otoño…
Y la buena fortuna le regaló nacer en día capicúa. Y machito…, luego de mamá con dos hermanas mujeres. Y ahí si empezó a gestarse el cambio en mí.
Agustín…
Revolución, desorden de dos años, gritos que son un cántico, una paciencia que desconozco sale de mi corazón de tía babosa que ya tiene amortizada la cámara digital autoregalada hace menos de seis meses, porque el cincuenta por ciento de las fotos en su haber son del «principito» al que no se le puede negar con nada de autoridad cuando dice “Cuí foto foto”. Y me derrito cuando me dice «tía», o «te quiero mucho», o «te amo», o viene y me despierta, o me llama a comer, y casi, casi saco la cámara en el medio del subte cuando lo vi, mezcla de atónito y de «me hago el desentendido», ante un clownmimoactorcallejero… mientras ponía su primer monedita en la gorra-media.
Desde abril de 2005 soy menos egoísta…





El reparador de sueños. Silvio Rodriguez.

jueves, junio 07, 2007

Presidenta por un día...

Hay posturas muy opuestas en torno a los géneros en los cargos públicos...

Pero eso no importa... Mi nueva vida se plantificó en mi propia cara el domingo pasado, haciéndose la muy graciosa –hoy se cumple una semana que dejé mi viejo trabajo, mi vieja rutina..., pero no tengo que distraerme del motivo de esta entrada...., últimamente son más ausencias..., suspiro y sigo–, y el sábado a la mañana, mi vieja me señaló el desprolijo papel que acá adjunto para anunciarme lo que no quería escuchar: había sido democráticamente designada como suplente de mesa en las elecciones para elegir el polémico gobernador de la ciudad... Inmediatamente se disipó el sueño de dormir a pierna suelta el domingo, y empecé a planificar, en mi loca mollera, un viaje para octubre...

Y de todas las anécdotas posibles, me sucedieron todas...: acompañar al cuarto oscuro a una señora casi no vidente, bajar la urna para que vote una persona con inmovilidad física, subir el tono con varias personas, sufrir la amenaza de que la mesa iba a ser impugnada si no me apuraba, y hasta ser cola de perro y quedar con un par de policías, de la prefectura y el señor del correo. El saldo: desear que ganara alguien para no volver el 24..., un estado de stress, hambre y sueño comparables a las Peregrinaciones a pie a Luján, y una compensación de un billete, que espero poder cobrar mañana, sin ningún tipo de problemas...

Todavía queda el 24, ahora sólo rezo para que gane el menos pior, deseando que el ballotage le importe un pito a todo el mundo –así no termino en tal estado de decrepitud–, trato de recordarme que debo llevar una vianda, y cruzando los dedos para que no haya más sorpresas...

¡Ah! Porque la responsable de la mesa no fue, y yo tuve que asumir la presidencia...





De onda. La bersuit.

sábado, mayo 26, 2007

No confundir gordura con hinchazón…



Es la madrugada de un sábado luego de un viernes feriado que nos recuerda –con o sin escarapelas– el primer gobierno (patrio)… El próximo sábado ya voy a ser dueña de mi propio gobierno. A partir de junio (o sea del viernes por venir… porvenir…), nada va a volver a ser como hasta ahora en mi vida laboral. Hoy la incertidumbre tiene sabor a dulce, como los resabios de chocolate de mis comisuras…
Y estoy frotando mis neuronas con fruición, tratando de sacarles chispas de inspiración e ideas que me respondan a ver cómo le digo a un autor que su libro es un diamante en bruto (risas), y cómo haré para editar dos libros muy diferentes, en un lapso de tiempo muy ridículo (quince días y un mes, a lo sumo…); y cómo haré para rendir al menos un final en la fecha de julio, y tener vida social, y, y , y …
No tengo tiempo para respuestas –ni quiero insumirlo en preguntas–, prefiero ver la luna, y disfrutar de un cedé maravillosamente regalado, que casualmente me recuerda a mi hermana, a kilómetros de distancia.
La inspiración no está de mi lado, sin embargo, soy feliz…

El viejo. La vela puerca.

martes, mayo 15, 2007

Diga 33

Y se cumplió un año. Este espacio, mío, único que me llevó a confiar aún más en mí, a conocer gente que también creyó en mí, y así sucesivamente, cumplió un año. Una tortita chiquita, como un alfajor, con una sola velita que soplo…, ¡feliz cumple malas palabras!...



Mi ausencia no fue casual…, para los que me conocen en carne y hueso, para los que comparten mi cotidiano tiempo (aunque más no sea por diálogo virtual) fue una ausencia con aviso, tácita a través de conversaciones previas.

Y cambió mi vida. De golpe. (Aunque el cambio estaba gestándose tiempo antes, al menos desde mis vacaciones…)

Durante veintidós días maravillosos me descubrí: pude ver mi nombre repetido en otras personas, y a partir de allí encontrarme diferente, única. Hallé mi vocación, y brillé –en palabras de otros– en sonrisas de agua mineral, y pañuelos de colores, e información bibliográfica… Y amé más la poesía, y un pasillo largo y blanco, en donde no cerraba el paraguas en los breves espacios al descubierto. Me volví asidua a los alfajores, y a los cafés a las seis de la tarde, y a las dos y cuarto, y a las pastillitas de menta, y a los cigarrillos a escondidas, como cuando iba al colegio, y no se podía fumar con el uniforme… Y fui divertida, y querida un breve lapso de tiempo. Y me regalaron un libro sobre otra de mis vocaciones, y me alabaron, y me piropearon. Y no dejé de sonreír.



En el día trece, casualmente, fui sorprendida por un cd proveniente de la otra orilla, y por un hado padrino que se convirtió en mi catapultador oficial hacia la seguridad. Ambos, sumados a algún mensaje de texto y visita –o intento de ella, en otro caso– me hicieron dar cuenta de que a veces el mundo no es tan virtual, ni tan absurdamente egoísta. Y continué sonriendo por otros nueve días más…



Durante los siguientes nueve días, se afianzaron mi personalidad, y algunos vínculos. Pronto me transformé en mamá gallina nuevamente, tomé café al whisky en horario laboral, me encontré con gente de otros contextos, y con una prima, y un sobrino. Y me compré libros.
Y no dejé de sonreír con mis treinta y tres de mano, pero que para todos semejaba veinticinco ( y no por una cuestión de mal juego)...

Y el siete de mayo, Mark Knopfler y la locutora nos dijeron adiós, por última vez al dar las diez de la noche. No llovía, y yo, como todos esos días, pero con melancolía, sonreía…







Todos los días, un poco.León Gieco.

domingo, mayo 06, 2007

Viva

Estoy bien. No se preocupen, faltan sólo dos días y ya estaré de vuelta con ustesdes, para contarles qué fue de mi vida.

martes, abril 03, 2007

Love stories

Y te sentarás –como siempre– a esperar que el príncipe aparezca en el alféizar de tu puerta; a imaginar que truenan trompetas, o algún violín lejano sacado de la película que acaba de terminar en tu solitario televisor de domingo a la noche.
Y te preguntarás de qué depende tu soledad austera –pero aún, digna–, y no sólo no podrá ser respondido por Jarabe de Palo, sino que además descubrirás que ese asunto, es en el único en el que no se cumple la ley de que "la realidad supera a la ficción...", lo cual es lógico, porque los amores de película son amores de ficción, sin sudor matutino, maquillados para escena, sin hambre, ni obligaciones, ni rutina, y siempre con un soundtrack preciso y delicioso.
Y sacudirás la cabeza, y recordarás con una sonrisa retazos de memoria acolchada en donde la felicidad con sabor a pirulín veraniego fue casi en cinemascope, en color real, y con la configuración exacta –y hasta con Another brick in the wall , musicalizando el momento exacto en el que hacías el amor...–
Y entonces te darás cuenta de que tu historia tiene un celeste genuino por cielo, y tiene perfumes por flores, y viento en la frente, y todo sin retoques, y la comida es comestible, y las lágrimas lacrimógenas en serio, y descansarás en paz, sin saber qué viene en el cuadro siguiente....



Everybody gotta learn sometimes. Beck.

lunes, marzo 26, 2007

¿Qué andarás haciendo ahora?

Decidí no anunciarte nada más. Ni a mí.
Decidí refugiarme, y en el acurrucar maldito –y bendito– de la soledad,
rendirme un homenaje

Ser libre.

Sonreír con los brazos estirados
(como en las películas)
y me pongo una bossa (jaja, me acuerdo cuando te expliqué qué era la bossa) que paradójicamente aduce a tantas cosas
(y a tanta gente, que ya se fue
y me viene esa imagen apurada, de mí, desnuda mientras me cantaban esta canción)


La bossa, otra música negra que me define (la otra es el candombe, ¿debería haber sido uruguaya?), el blues, si bien alguna vez me definieron así, está un poco más alejado de mí...

Pienso seguir sacando fotos.
Tal vez ahí me encuentre.


Por otra parte las puertas se abren a mí,
y dentro de mi miedo habitual empujo hacia algún espacio exterior
eso:
el temor afuera...


Sonrío, y puedo disfrutar, y reecontrarme con entusiasmo y fruición
con un viejo conocido en el casamiento de mi prima...


Río (quiero fluir...),
a pesar de los ojos pegoteados de anoche,
de los pies doloridos
y del catarro de alcohol y puchos...


La vida sonríe, Julieta,
y hoy mi hermana se queda a dormir en casa,
y tengo a Perlongher en la cartera,

y no quiero volver a escuchar jamás, que alguien diga
que con tal actitud no seré feliz...
–aunque sean personas que me adoran, las que lo digan–

Iré contra mí si es necesario.

Y me espera un libro sobre mi mesa, y tras él,
seguramente,
una nueva vida....


¿Qué andarás haciendo ahora? Ismael Serrano.

jueves, marzo 15, 2007

(o' clock!) Colectivo

(Último texto del Taller Cruzagramas 10 2006. No hace falta explicación... Veremos qué aventuras le deparan a esta aprendiz de escritora para 2007. Como final, reconozco que no fue el mejor... Adviertoles.)

Buenos Aires, 7 de Noviembre de 2006.





Querida Tati:

Te escribo esta carta cortita porque siempre me pedís que lo haga, y después de la conversación de ayer, decidí hacerlo.
Primero que nada, quiero disculparme porque creo que ayer estaba un poco nerviosa, pero son muchas las cosas que tengo encima: la posibilidad (muy probable) de quedarnos sin vacaciones, el exceso de actividades de tu papá, mi próxima maternidad…, y la verdad es que ayer te tiré la opción de Mar del Plata, como una opción para compartir, pero la verdad, es que por ahora todo es un misterio.
Por otro lado quería decirte que me alegra compartir algunas cosas: las horas en el restaurant(1) de tu papá; el pasarte a buscar por el colegio cuando él no puede (la cercanía de edad, nos hace más compinches); tu ser tan cariñoso; tus preguntas de lorito(2) hablador; las horas peinando nuestro pelo largo y de igual castaño; las veces que me decís que soy re linda, a pesar de mis anteojos y tantas veces, que reconozco que mi tono no es el más amigable, y a pesar de todo, ahí estás, con tus ocho años de pequeña enana enseñándonos tantas cosas a todos nosotros, dejándonos a todos, como si nosotros fuésemos los chicos.
Lo que quiero que sepas, igualmente, es que algunas cosas van a modificarse a partir del nacimiento del bebé, la cantidad de tiempo y atención, tal vez no sea la misma, pero estoy muy segura de que vamos a seguir siendo las más compañeras como siempre. Eso es algo que quería decirte también, a medida que uno crece hay cosas que hay que sacrificar (tiempo, personas, actitudes, palabras), pero no por eso, tiene que ser algo malo, sino diferente. Yo sé que sos una nena muy despierta, y que vas a saber entenderlo y enfrentarlo. Confío en vos.
Mientras tanto, seguiremos disfrutando del tiempo que nos quede hasta el nacimiento, para hacer nuestras travesuras habituales, riéndonos por la calle, viajando en colectivo, sin rumbo, inspirando a alguna escritora joven (y curiosa) cuya intriga supere toda historia real o imaginaria…
Te mando un abrazo gigante, gigante, y cosquillas en la panceta (como te reís sin dientes cada vez que te digo esto…):

Yo



(1) no estaba así en el original.

(2)idem ant.




Esos locos bajitos. Joan Manuel Serrat.

martes, marzo 13, 2007

Resultados: o hacerse demasiado cargo

A veces uno toca fondo. Sin saber cómo, ni por qué, o tal vez sí... –pero sin hacernos demasiado cargo...–
Y ahí, de golpe, sin saber cómo, ni cuándo, ni por qué, todo se se ve luminoso, y claro, a pesar de la mala nota de un examen, y de ciertos fastidios cotidianos.
Y sonreís como una loca, y te lo reconocen en un negocio aburrido en horario laboral, o te salen las cosas bien..., de la manera más inesperada. Entonces te preguntás, y respondés retóricamente, que algo, seguramente mutó. Y confías en vos misma, y tomás envión ante cualquier circunstancia, y te animás a más, y a enfrentar dragones y molinos de viento. Porque no sé si Mark Twain tenía razón, pero seguro que lo que no te mata, algo te fortalece...
Y finalmente, como la cereza de la torta, unas simples palabras dichas a tiempo, consuelan a quien está triste.



Y volvés a sonreír...



Cable a tierra. Fito Paez.

jueves, marzo 01, 2007

Concentración


Estoy preparando un final (que realmente debería haber preparado con más ahínco), por eso mi silencio. Espérenme, porque pronto estoy de vuelta...




Invierno. Vivaldi.

viernes, febrero 23, 2007

Il ritorno

Ya estoy de vuelta, y acá dejo una huella de mis vacaciones, un tanto melancólicas, reflexivas, llenas de montaña, de aire fresco, del calor y el afecto de mi hermana, mi cuñado y Pluma, y de alguna gente que conocí a través de ellos... Con ustedes, los papeles que hablan por sí solos...




























Blackbird.The Beatles.

miércoles, febrero 21, 2007

11 (pero sin 6)

(Consigna 11 del taller: cuento breve)

Mística de pecas

A G.A.G.C.



Este es uno de esos sucesos futurodependientes.
Son o no son un suceso, de acuerdo a lo que
pase más adelante.
Futurodependientes. Nicolás Chanseaud.

(...)y encontraste mis ojos buscando algo místico
en los tuyos, (...)
La sonrisa más linda del mes. Gastón Gayoso Cuesta.


Apretó ojos y dientes, e imaginó la voz de alguno de sus amigos (e incluso la de su vieja) diciéndole: “Pero Ariel, no seas pelotudo...”. Fue a la cocina, puso a calentar agua para unos mates, y encendió la radio. Reprimió una risa lágrima en la gargantaalma: sonaba esa canción de los Decadentes en la que el cantante no puede aclarar su deseo... Poesía pop decadente... Poesía post caída...
Prometió no volver a enamorarse.
Salió a la calle somnolienta de las ocho de la mañana, y se dirigió a tomar el subte que lo conduciría directo a ese trabajo que ya no le sería útil para sostener una familia a formar con Laura, pero sí para sostener su vida en soledad a duras penas. Otra vez éstas putas lágrimas. Y tosió como acto reflejo, como si el catarro pudiera funcionar como pañuelo consuelo. Se sentó (milagrosamente). Al lado de él, su réplica femenina hipaba, lloraba copiosamente, y se sostenía con suavidad (practicando acrobacia aérea) al asiento de falsa pana desteñidamente azul. Sin querer queriendo, una fuerza entrañable lo despabiló de golpe, y tal fue la sacudida, que le pareció verse desde afuera, y desconocerse. Le agarró la mano (pecosa y adorable), y se la llevó hacia su ojo (lluvioso y adorable). Ella sonrió: e inmediatamente sintió una calma que creyó olvidada en algún lado (mentira, con Laura).
Llegó a su estación, deseando que por única vez el trayecto cotidiano hubiese sido más largo (aunque su perfume quedara con él).
-Tu estación.- le dijo ella leyendo sus pensamientos.
No tuvo tiempo de un cómo lo supo.
-Me llamo Mariana, y viajo siempre a esta hora.-siguió.
Las puertas chocaron de golpe ante su nariz, y ella, tras ellas, siguió viaje, ahora soleada.
Afuera olía a otoño. Sonrió.


A cada a cada mujer. Seru Giran.



jueves, febrero 15, 2007

Besos con agua nieve

Hoy está lluvioso y húmedo, y mientras mi hermana está vendiendo sus artesanías arriba, yo estoy acá abajo, leyendo el correo y sacando las pelusas de ésta habitación..., les mando un beso con agua nieve, cerro nevado, y alegrías grises... (y por supuesto un textito del taller).

Para la semana que viene -que ya regreso- les prometo más noticias.

El 10

Consigna 10 del taller: fluir hacia lo impredecible, sin llegar a lo inverosímil.




Es una sala de espera. Como muchas salas. Y de espera. Alguien está sentado allí, (obviamente esperando).
Ya hace un rato que espera, y la intranquilidad empieza a ganarle la partida a la quietud. Levanta la vista y comienza a mirar con cierta ausencia de realidad a su alrededor. Un cuadro viejo –y de baja calidad– con un marco que otrora fuera dorado (o un ocre amostazado) que reproduce caballos. Una planta que semeja artificialidad, pero es curiosamente real. Y la típica mesita de formica gris, ratona, pero no por la altura, sino por su condición…
El esperante se desespera. Busca en los bolsillos. Y encuentra. Un chicle pegoteado y envuelto en su papel original (¿se habrá olvidado de tirarlo a la basura?), que deja como souvenir en la mesita gris; un par de migas, un celofán de garrapiñadas (suspira y se relame la lengua) y una birome. Bic. Azul y sin tapa. Pero no hay papel alguno. Vuelve a mirar a su alrededor. Extrañamente no hay revistero. Se pone de pie de golpe porque le asaltó una duda (¿te pone un revolver en la cabeza?). Y de pronto la ve. Brillante, irradiando una luz que lo encandila y le saca una sonrisa. Vuelve a ensayar la búsqueda en el bolsillo de su raído saco gris amarronado. Le guiña un ojo. Silba un “fiu fiu”. Se hace el que no la ve y comienza a escurrirse por el pasillo que sale al encuentro y lo acerca a ella. Y es ahí cuando se da cuenta de que hace calor. Más le seduce su presencia. Pero cuando está a punto de rozar con total impunidad ese cuerpo turgente, brillante, metalizadamente vibrante, un golpe seco mental lo detiene: no tiene ni una moneda para una bebida fría.
Se siente decepcionado y vuelve pasillos atrás (como en el rewind de las películas) y vuelve a sentarse en el mismo asiento donde estaba, pero algo se lo dificulta: hay una señora gorda, y de edad, que ocupa su lugar (bah, dos lugares), y se le descompone la cara: ¿y si es verdad que está adentro de una película?
La gorda de pronto está besándolo. ¡Horror! ¡Eso no puede estar pasándole…! Pero sí. Pero, pero… ¿qué hace tirado en la alfombra y la gorda acercando sus labios de rouge indeleble, y sus ojos de hipertiroidea? Y ahí nomás se da cuenta. Sufrió un sopor. Bueno, en realidad se desmayó, y la gorda presta, solidaria y desesperada, se ofreció a hacerle una “respiración boca a boca”. Y eso vuelve a hacerlo caer. ¿Cómo puede ser que en ese lugar, justo en ese lugar, nadie más pueda prestarle una ayuda? (que al menos la devuelvan luego, che…).
Intenta reincorporarse. Sí, a la vida normal (o a lo que quede de ella). Y de pronto se da cuenta de que la gorda ya no está. Pero…, ¿cuánto tiempo pasó entre que se desmayó, la gorda se le echó encima a los chapos limpios, y volvió en sí? Mira su reloj pulsera, y sólo encuentra tres pelos ralos, y ninguna aguja, pero el ventanuco que está arriba del machimbre de revestimiento está en completa oscuridad. Y tiembla. Eran las dos de la tarde cuando entró allí, y ahora, lanza la sensación de ser cerca de las ocho. Descubre que sigue temblequeante y tirado en el piso. Se agarra de una de las sillas de moquette azul eléctrico, esperando una descarga de energía que lo ayude a incorporarse y hacer algo, pero algo lo detiene. Es el chicle, que seguramente se cayó de la mesita, cuando él se desmayó y que por el calor de su cuerpo se ablandó y ahora lo pegotea a la alfombra y a su cola chata. Gruñe, y luego de tironear, de enredarse en una maraña de chicle gris oscuro inmunda, logra levantarse a los tumbos para ir a buscar a alguien que le dé una explicación, o que al menos intente devolverle su calurosa tarde, su tiempo, que no será mucho más que esa salita machimbrada, pero es suyo. Busca el pasillo que antes había visto, pero ahora gira la cabeza para el otro lado (se pregunta para qué lado cayó al desmayarse), y empieza a caminar hacia alguna puerta, o ventana, o sonido que le diga algo…
Siente un chirrido, y un olor a acetona que casi lo hacen recular, pero piensa que ese puede ser su pasaje a la recuperación del tiempo. Avanza agitado hacia una luz que se abre en el pasillo.
– Gómez.– grita una voz chillona, atrás suyo.
Sigue caminando hacia el Cutex hipnotizador.
– Gómez. – vuelven a repetir con cierto nerviosismo.
Es su turno, pero él sigue por el pasillo…





Pequeña historia de una función. Coti Sorokin.



La secuela

martes, enero 30, 2007

Antídoto para la tristeza

Anteanoche hablaba con Toto sobre la muerte inesperada, y sobre la vida intensa (que su abuelo vivió como pocos, y que él, con sus escasos veinte años, hace una apuesta que sacude el aire…) y llegamos a la conclusión de que lo más triste de la muerte, es la ausencia. La ausencia de las risotadas, de las preguntas inteligentes, de la generosidad extrema, de la apología por la pizza, el vegetarianismo , y el tinto…; de la radio toda la noche; de los múltiples diarios –fueran de la competencia, o no– (al menos, ese es mi recuerdo de él hasta el momento de jubilarse); de las bermudas con zapatillas, de las multitudinarias noches (y días) en Miramar; de las revistas de Lorenzo y Pepita, y de Periquita, en la mencionada ciudad, cuando yo era chiquita…; de la música española –más precisamente de Las cosas del querer–; de Frank Sinatra y el tango, y él sacándola a bailar a Raquel, en los casamientos de sus hijos, o sobrinos; de la oración antes de la comida (que luego escuchamos con papá en una película española); de sentencias como “Cada uno en su casa, y Dios en la de todos”; de llamarla a Raquel, Pétalo, y a Raquel María, Petunia; del préstamo –y por supuesto posterior devolución, hecho que estaba dado por descontado– de Operación Masacre, cuando yo estudiaba Comunicación… Y hay miles de reminiscencias más, de Spiro, de domingos, de vacaciones…

Esas son las cosas que no debemos permitir que se lleve la muerte...

El antídoto para la tristeza es tener la capacidad de atesorar la buena vida del que se va; emular a aquel ser ejemplar que nos precedió en el camino, el que vivió una vida de la sanputa (y eso que pocas veces lo escuché putear, y si lo hacía, era con una disculpa previa), sin miedo a ser natural, espontáneo.

Seguramente se va a notar una ausencia, un hueco, un espacio que excede su anatomía real, por eso el miércoles pasado, cuando este mundo lo despedía – ¿por ahora?– con una lluvia (de lágrimas), y una multitud, y Octavio decía unas eruditas palabras de adiós, una prima suya no tuvo mejor idea que la de dejarlo ir, con un aplauso. Y valió la pena. Su vida, entonces, fue extraordinaria. Fue grande, sin proponérselo. Humilde hasta el cansancio.

El dolor va a durar mucho tiempo, pero con el dulce sabor de los recuerdos, de una vida fructífera que va a resonar por siempre….





De vez en cuando, la vida.Joan Manuel Serrat.

lunes, enero 29, 2007

Nine

(Consigna nueve: redactar un texto sin la presencia de verbos, a fin de bucear en formas no establecidas, rompiendo las habituales.)
Averbia
(Ensayo sin verbos)


Luz lánguida, y la madrugada en la habitación. Sensación térmica: silencio.
Mesa con fotos (algunas), libros (muchos) y desorden (en cantidad necesaria). Ropa arriba de la cama, de la banqueta, del televisor, y cedes dispersos distraídamente aquí y allá. Signos de una presencia.
Si.
Una mano difusa sobre el papel ya no tan vacuo, y a su lado, una lapicera casi sin vida.
Mente potencialmente en blanco, tal vez un poco furiosa por el nervio del teléfono segundos atrás.
La nada vigilante, expectante, predispuesta para el ataque inmediato a la razón; sin embargo la imaginación, solidaria con el refugio del no pensamiento.
De a poco, borbotones de palabras, manojos de sentidos en búsqueda de su cauce, presentes ahora en el papel. Significantes y significados danzantes en fila sobre la hoja ya no tan limpia.
Fiesta de amor. Romance entre el papel y la lapicera. Ideas discontinuas, caóticas pero vitales, su fruto omnipresente. Fuego apasionado fluyente (influyente de algún modo en la verborragia habitual…).
Narrativa, poesía, literatura carentes de acto, de movimiento. Con ausencia de verbo.
La fórmula: ideas más papel más lapicera más palabras con camino, tránsito hacia una luz divina: la capacidad de síntesis.
Consecuencia de un consenso, de una aprobación, la idea absoluta y totalitaria del reinado del verbo, hegemonía y monopolio del acto, con olvido del sujeto-actor: el sustantivo, protagonista único de la historia. Vértigo por ello: sujeto índice sin acción necesaria, al contrario, ente autárquico, genuino: palabra viva.
Ninguna mano difusa, ni papel vacuo, ni lapicera moribunda…: ¡texto recién nacido!




Here's to you.Joan Baez & Ennio Morricone


martes, enero 23, 2007

Física cuántica



Estoy colgada, como de una rama, o de una soga, buscando un cometa –algo tan en boga y a la moda en los tiempos que corren (eso va para vos, Fer obsesivo por el cometa…)– para pedir no sé qué deseo, si el cielo está adentro mío, aunque suene a Cohelo en el puaj alquimista, o a Bucay, en su diván de autoayuda de mesita de luz…
Pero pasa.
Cuando hoy me levanté, la vida era una mierda: enfermos dando vuelta en la familia, muertos conocidos (y desconocidos jóvenes), tedio atravesándome, desidia, actitud agorera, grisitud apabullante.
Sin embargo, el viernes empezó a salir el sol –a pesar de la lluvia–: y el llamado de una amiga que hacía un tiempo que le había perdido el rastro, transformó una noche de aburrimiento en charla hasta tarde, helado y devedé francés (¡ojo!), desayuno temprano y sol en la terraza, para ser coronado con una película reveladora…
La tarde del sábado, por mi traición a mi misma (y a mi propia física cuántica), transformó un encuentro que prometía ser dulce en un pañuelo rebozante de lágrimas, de malas palabras (de las verdaderas, las que lastiman), y no disfruté del regalo de esa presencia luminosa, ni del de la vida que brinda partículas ínfimas de felicidad que hay que atrapar como pompas de jabón que no se presentan todos lo días. Y el domingo amanecí aperejilada, me mantuve estoicamente en camisón, pero con cierta extraña sensación de que no podía seguir quedándome en el lugar de la queja (frase que categóricamente dijeran mi madre, y Gas, dulce y pacientemente, el sábado).
Y el lunes otra vez al trabajo aburrido, y con perspectivas negativas en cuestiones familiares, y sin embargo, dos llamados volvieron a provocar el eclipse, a cruzar el cometa para surcar mi cielo interno, para desear con todas mis fuerzas, ese deseo que sólo yo puedo cumplir.


Y no hay nada afuera de mí, pero pude ver, que hay cosas que estoy haciendo bien…


Il coraggio che non c`è.Laura Pausini


Gracias Fer por la foto.

domingo, enero 21, 2007

Oooooooooooocho

(Consigna octava del taller: al final de todo está la antíquisima fecha de creación)
En una gorra de artista, encontré…
…una lentejuela oxidada (y olvidada)…;
; un billete estirado de una vieja paqueta…
… un silencio rotundo…
… una miseria compartida…
… una alegría sin dientes…
… un títere de cartapesta…
… mil noches de Avellaneda…
… expresión corporal con Susana…
… manipulación con Pablo…
… manifestaciones varias…
… plaza de Mayo llorosa…
… canciones de Silvio del ’84…
… Miramar con mi familia…
… el teatro en mi infancia…
… (a) Margarito Tereré…
… (a) María Elena Walsh desgranando canciones que hoy no sé qué pensar…
… “una flor y otra flor celeste del jacarandá”…
… arriba del escenario, yo, la vaca estudiosa…
… pánico escénico, y otra vez la vaca, veinte años después…
… lluvia militante, en Ferro, gritándose jubilosa una consiga de “Nunca más”…
… tras bambalinas, tras camarines…
… (a) Angelote y su Aleluya a multitudes…
… canciones publicitarias resignificadas para escena…
… foto carteles…
… olor a libro…
… olor a antes…
… lágrimas y aplausos…
… la voz del Toto…
… anteojos rotos…
… linyerismo aplicado en pos del teatro…
… “ropavejerooooooooooooooooo”…
… helados del Bohío…
… tardes de verano –inolvidables–…
… sandwichitos de durazno en lo de tía Viviana al lado de un piano que hacíamos llorar (aullar)…
… (a) mi abuelo Nono dormido en una función del cine Los Ángeles (en continuado)…
… plaza Vicente López que parecía gigante…
… el zoológico con papá y Eleo…
… croquetas de papa de Noninna en la lunchera verde del colegio…
… migas…
… monedas de onda…
… monedas obligadas…
… monedas…
… “la vida es una moneda…” …
… Jorge Drexler…
… Kevin Johansen…
… recitales de verano con Luciano y su troupe…
… No a la guerra al volver de Europa…
… objetos olvidados en lugares insospechados…
… un sweater regalado…
… un chupete colgando…
… (una) esquina con folletos…
… (a) Benedetti y su primavera con una esquina rota…
… haikus…
… (a) Fernando asesinando haikus…
… delirio(s) que no para(n)…
… un teléfono celular que creí no tener….
… voces…
… esquizos…
… (a) Lorena y su amistad contra todo…
… chocolate…
… papel metalizado…
… paragüitas…
… caramelos (que papá compraba para que llevara en mis cumpleaños)…
… palito, bombón, helado (en el cine y teatro de mi infancia)…
…(distinto al) palito, bombón, helado de la playa…
… mar…
…arena…
… agua cubriéndome…
… espuma…
… baños de inmersión…
… (que) estoy inmersa y no puedo salir…
… (y no me gusta)…
… olor a zoológico…
… (feo)…
… galletitas con confites feos…
… un bolsón con espejitos…
… botellas de cerveza del Bolsón…
… jugo de frambuesa…
… una pipa de agua…
… el primer porro…
… Barcelona…
… fotos viejas…
(doy vuelta la gorra, algo pesa, pero no encuentro el otro forro para seguir sacando…)
… un cuento de las valijas verdes (del colegio)…;
… el maletín de snoopy…
… calcomanías color pastel…
… figuritas con brillantina…
… camisas largas y escocesas…
… un patio amplio y soleado…
… jazmines celestes y blancos aplastados contra el piso de baldositas cuadradas y té con leche y gris del patio de mi abuela…
… las primeras escenificaciones de la infancia…
… historietas de verano…
… (la) carpa blanca del libro donde pasaba horas…
… cuadernos y cachivaches…
… y el cuarto-office viejo y la doble cocina de mi otra abuela…
… azulejos celestes (del mismo color, casi, que el jazmín de arriba…)…
… mal aliento…
… perlitas de vidrio y color…
… lentejuelas (más, fucsias)…
… turquesa…
… y yellow…
… CMYK…
… cyan, magenta, amarillo y negro…
… abrazos…
… como los de Galeano…
… treinta mil…
… y la canción de Malvinas…
… y un simulacro…
… y miedo…
… y vida…
… y rico olor…
… y el difícil arte del silencio…
(aunque a mí me simpatizan los mimos)
… soy mimosa…
y acá la corto
(es porque me estoy buscando…)

6/10/06





The musical pocket watch. Ennio Moriccone