Salí apurada –como últimamente, debo reconocerlo–, y como ya era tarde, muy, disfruté del mediodía a todas mis anchas.
Abrí el manual y busqué algunas cosas que justificaran mi traslado hacia el trabajo, que se me estaba tornando algo arduo y aburrido, porque ni siquiera hay mucho para hacer; lo que me hizo pensar que comenzaba a dejar de ser divertida la idea de «Pasantía rentada» que yo tenía al principio.
Luego de un rato de viaje, cerré el libro, y a poco de llegar a mi destino, escuché:
—Mami, yo quiero un marido millonario.
—Dejá de decir boludeces, por favor.
No pude más que darme vuelta y sonreir.
—La chica se dio vuelta.
—Y, si decís pavadas.
Volví a darme vuelta y dije:
—Cuando seas grande van a haber otras cosas que te importen más —cambiamos miradas con su mamá, con ella, me incorporé, acomodé mis cosas, me levanté de mi asiento y me fui al fondo para bajar.
Ahí me di cuenta de que el rayito me está atravesando de a poco, y que estoy siendo feliz con mi circunstancia, con mi realidad, con los proyectos que asoman, y con los abrazos con ojos color miel... *
*Las cosas pasan cuando uno menos lo espera...
Se va, se va, se fue.Fernando Cabrera y Jorge Drexler
martes, febrero 26, 2008
viernes, febrero 15, 2008
Post norte (hmmm)
Ya van a cumplirse tres semanas desde que volví de las vacaciones introspectivas, y la mochila espera que la termine de desarmar; y en estas tres semanas se acercó mucha gente a mi blog y sucede la vida con ello...
Mientras tanto, vuelvo a encontrarme en búsqueda para saber hacia dónde ir, qué resolver con mi vida profesional, y también se suceden vorágines inexplicables y mañana voy a una imprenta por mi propia cuenta (¡cuanta cacofonía junta!).
Mi pc está medio envirusada y hay algo que me marca y no sé qué es, algo así como una decisión por tomar, por seguir y avanzar como en el Juego de la vida...
Ayer un compañero de laburo me sorprendió con un regalo por un favor que hice por humanidad..., y eso me da la pauta de que algo se hace bien.
No voy a sospechar más por mis movimientos internos, solo quiero disfrutar del sabor del chocolate, y tratar de caminar derechita... ...aunque sea a mi ritmo...
La lluvia nunca vuelve hacia arriba. Pedro Guerra
Mientras tanto, vuelvo a encontrarme en búsqueda para saber hacia dónde ir, qué resolver con mi vida profesional, y también se suceden vorágines inexplicables y mañana voy a una imprenta por mi propia cuenta (¡cuanta cacofonía junta!).
Mi pc está medio envirusada y hay algo que me marca y no sé qué es, algo así como una decisión por tomar, por seguir y avanzar como en el Juego de la vida...
Ayer un compañero de laburo me sorprendió con un regalo por un favor que hice por humanidad..., y eso me da la pauta de que algo se hace bien.
No voy a sospechar más por mis movimientos internos, solo quiero disfrutar del sabor del chocolate, y tratar de caminar derechita... ...aunque sea a mi ritmo...
La lluvia nunca vuelve hacia arriba. Pedro Guerra
domingo, febrero 03, 2008
Diario de una princesa que dilató su regreso...
(Un agradecimiento enorme a mi amigo Yeti por ayudarme a editar el blockcito muy entrada la madrugada...)
La sanlorenceña.Los de Salta junto a Jaime Dávalos.
Etiquetas:
Diarios de viajes,
Serie de escritos en azul lavable
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