martes, marzo 22, 2011

D'éte

Lo que se siente al nadar en una pileta grande, donde tus pies no hacen pie, donde todo es turquesa o celeste, la presión y el cloro del agua aprietan tus globos oculares, el pataleo cual delfín (en tu imaginario sos leve, difusa, diáfana, etérea, palabras poéticas y luminosas) te llena de energía.
El pelo (sí, pelo, no cabello en mi país) húmedo, goteante, chorreando las baldosas, el pasto, el parquet y la cama.
No es lo mismo el acuífero sentir de la pileta que el de la ducha (aunque sean igual de reparadores).
Creo que todo se trata de nadar. Solo. O no. Sola. O no. Pero nadar.




Les jours tristes. Yann Tiersen


6 comentarios:

  1. Nadar sin mirar atrás para ver lo recorrido y sin pensar en lo que falta. Nadar sin rumbo cierto cada día, pensando en la importancia de poder mantenernos a flote.

    Bello texto. Te admiro.

    Besos de coral

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  2. Me hace ruborizar que digas, exageradamente, que me admirás.
    Pero te agradezco.
    Y de eso se trata, sí, de nadar, de ser agradecido, y de flotar en nuestra propia compañía.

    besos materos:

    Ju

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  3. Siempre es cuestión de nadar, quien no nada se ahoga. Hermoso texto y hermoso tema de Tiersen.

    A nadar que falta para la orilla.

    besos te amo.

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  4. Amorcete:
    Gracias, de eso de trata vivir, esa es la historia, ¿no? ;)
    Lo estoy intentando.
    Abrazo y beso:

    Tu Ju

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  5. Nati:
    Gracias por pasar, y me alegra, viniendo de vos, que te parezca hermoso.
    Espero que estés bien:

    Ju

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Sin caer en la tentación de ser pedante, descubro que la polifonía y la hipertextualidad me han hecho más rica.
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Beep.