domingo, mayo 07, 2006

Papeles rescatados bajo el agua

(o la segunda parte de "Papeles mojados por la lluvia")

Aca van una serie de articulitos que fueron publicados anteriormente en seras lo que debas ser y en maiz dulce. (Y que a su vez, vale decir, fueron escritos por mi anteriormente para otros espacios mas intimos, tal vez)


domingo noviembre 06, 2005 23:22

Callosidades (*)

Eduardo Galeano, poeta crudo y maravilloso como pocos, de la realidad, habla de los fueguitos y de los nadies, a la hora de tipificar a los seres humanos. Cortazar menciona a los cronopios y a las famas... Y hoy yo, humildemente, y desde mi experiencia, voy a definir una nueva categoría...

Las callosidades humanas son seres insensibles, dato que se desprende claramente de su definición, que no poseen registro alguno de las sensaciones, de los sentimientos. Son durezas, que a excepción de que sean arrancadas, son imposibles de quitar, y de las que hay que tener especial cuidado, ya que si no se las controla pueden crecer y cubrir, y ahogar cualquier espacio fertil y de felicidad sobre la faz de la tierra.

Las callosidades humanas son calamitosamente engañosas, se disfrazan de cura de herida, y resecan, quiebran, no dejan pasar el aire, coartan cualquier signo de vida y de amor.

Las callosidades humanas no nacieron callos, pero no lucharon para ser tersos y suaves, y así quedaron: duros pedregullos que no van a dignificar nunca su vida, porque lamentablemente jamás van a volver a sentir nada...

Las callosidades humanas son incapaces de sentir, son inquebrantables en sus posturas, son soberbias y caminan por la vida humillando y menospreciando a los sensibles, a los suaves.

Pero pobres callosidades, me dan pena, porque nunca van a sentir intensamente, peor aún, nunca van a sentir, siquiera el frío ni el calor, van a transitar su vida de manera gris, o peor aún, negra, aunque pinten sus casas de colores, para autoengañarse, simulando emocionarse, o tal vez conmoverse, pero siquiera tibiamente se ven afectados por su contexto...

* originalmente se llamaba Callosidades humanas


viernes septiembre 16, 2005 03:05

Falta de tiempo

Falta de tiempo, interno y externo... Falta de tiempo de maduración, de espera, ansiedades -tal vez- inconducentes, porque Cronos no se comporta como nuestro reloj biológico...

Impotencia y dolor, por expresar y por no... ¿qué hacer frente a ello?

¿Es falta de tiempo o de aceptación del rítmo del fluir del río?

No quiero esperar

nada

si sucede, bien

¿y sino, también?

No sé

nada

pero esta vez quiero que sea bien

algo

o

todo

viernes agosto 12, 2005 00:50

Granadina con soda.

Escribir esto -tengo que aprovechar porque empezaron las clases, y sumada a la densa cursada, dudo que pueda dedicarle a este "diario íntimo" el tiempo que voy a ansiarle dar- va a implicar dejar al descubierto algo muy mío...

Disfruto mucho de la comida, y muchas veces, presento tal grado de glotonería que puedo dejar a un costado -¿cuál?- ciertas actitudes de delicadeza. El año pasado, a la salida del cine -que por otra parte, ahora que lo descubro tal vez era un razgo de angustia oral, por la película que habíamos ido a ver ("El gran pez", deliciosa...) con Lore y Juank- fuímos a "tomar algo" al Dorrego, y mientras los chicos se decidieron por un breve café, yo me excusé diciendo que no había cenado y me pedí un sandwich de salame y queso y una granadina con soda... (plop) ante los ojos atónitos de todos -el mozo incluido, por supuesto- (siendo además, que era entrada la medianoche).

Pero la granadina con soda tiene un significado y un significante muy profundo en mí, -no lean esto como un atisbo de locura, ni nada que se le parezca- para mí: desde chica solíamos ir con mis viejos a tomar "ice cream soda" -que en su genuina receta lleva granadina, no así otros abortos que quieren semejarse y no llegan siquiera al borde de su vaso, ni a su espuma...- por la calle Bernardo de Irigoyen cerca de Carlos Calvo, o a algún otro sitio típico, pero también está cercano a mis más tiernos recuerdos de infancia -y no tanto- durante sabrosas tardes de verano en la calle Somellera, en casa de Mami Toy. Hoy, que Mami Toy va a hacer un año que ya no está entre nosotros, es un homenaje, para mí, evocarla con tan dulce -literalmente- recuerdo.

Con respecto al salame y al queso, ya disertaré en otra oportunidad, al respecto.

4 comentarios:

  1. che personaje:
    vi que solucionaste solita todo: te felicito por tu intuición.
    Por cierto solo te falta activar la opcion en los últimas posteadas que dejaste para que podamos opinar.
    un abrazo y felicitaciones

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  2. Que lindo es ver letras uruguayas sirviendo de inspiración a nuevas palabras.

    Adelante con tu blog!

    besos desde este lado del Río ancho como mar.

    Gabriel

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  3. respecto de callosidades, me recuerda a otra pequeña categorización humana en este sentido: los hombres sensibles de flores vs los refutadores de leyendas, del amigo Don Alejandro Dolina

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  4. Ciber: ¿viste que le cambie nuevamente la cara la blog? Y todo yo solita... (ademas con tu borre olimpico...). Se te extraña en todos lados....


    Gaby, nos debemos una buena charla en gmail.... Y en los ultimos posts, te vas a dar cuenta que sigo citando al maestro....


    Fer: volve! Ya voy a dejar algo en tu casita, para que te espere a tu regreso.... Y hay nuevas categorias y novedades varias, como ves....

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Sin caer en la tentación de ser pedante, descubro que la polifonía y la hipertextualidad me han hecho más rica.
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